LOS CABOS.- La historia de amor entre Paulina Cauduro y Ricardo Ruesga no fue nada convencional.
Ella es originaria de Los Cabos y estudiaba en la Ibero, por lo que aprovechó un puente vacacional para visitar a sus papás, mientras que él voló a este destino turístico para descansar.
“Ricardo viajó con un grupo de 26 amigos, y, en el vuelo de regreso a la Ciudad de México, me tocó sentarme con él. ¡Fue el destino!”, explicó la arquitecta.
“Él ya estaba sentado y yo fui la ultima en subirme al avión y, en cuanto me senté, me sacó plática durante las dos horas de camino. En cuanto aterrizamos, me pidió mi número y desde ahí fuimos inseparables”.
Luego de cinco años de noviazgo y de comprometerse en una cena romántica en la playa en el Nobu Hotel Los Cabos, los enamorados se dieron el sí en un festejo asesorado completamente por ellos, el que acordaron que no faltara la diversión en combinación con la mejor música.
“Nuestra boda fue mágica. Elegimos casarnos en el Rancho Shibumi porque el lugar es simplemente hermoso, ya que está a la orilla del mar y tiene unas vistas de la playa y el desierto impresionantes. El lugar tiene una vibra maravillosa, en cuanto llegas se siente y todos nuestros invitados lo dijeron”, expresó la novia, quien disfrutará de su luna de miel por las Islas Maldivas y Dubai junto a su ahora esposo.
Cuando los recién casados abrieron pista con el tema “Baby, I Love your Way”, de Big Mountain, la pirotecnia iluminó el cielo en combinación con los aplausos y buenos deseos de los invitados.
“La boda estuvo espectacular acompañada de un hermoso atardecer con una luz dorada todo el tiempo, además de que los votos de amor fueron preciosos”, comentó Bárbara Ruesga, hermana del novio.
“Mi cuñada es lo máximo. Mi hermano se consiguió una mujer súper amorosa, detallista y entregada, no podría estar más que feliz por tener ya una hermana formal”.
“Admiro de Pau que es una mujer hermosa, inteligente y linda por dentro y por fuera”. RICARDO RUESGA, novio
El estilo fue boda italiana toscana con una fusión mexicana y de playa, con elementos como petates, mesas largas de parota, toques florales blancos, velas y árboles torotes, típicos de la región.
La wedding planner Pau Smith se encargó de la organización del evento.
Para que sus invitados de todas partes del mundo se conocieran, un día antes de la boda los novios realizaron una fiesta rompe hielos a la orilla del del mar y un paseo en yate.