Alberto Verdeja, María Martín Buendía y Enrique Murillo

VALLE DE GUADALUPE.- Desde que comenzó la puesta de sol en esta región ubicada en Ensenada, un selecto grupo de personas se congregó para gozar de una reunión petit comité y degustar una nueva propuesta vitivinícola.


“La tierra de Valle de Guadalupe es la principal productora de vino en México y tiene una importancia vital, se ha desarrollado como zona productora y de enoturismo”, externó Salomón Abedrop, miembro del Consejo Mexicano Vitivinícola.

Verónica Ramírez y Curro Ariza

En el evento, aficionados a esta milenaria tradición dieron un breve recorrido por una de las bodegas más reconocidas e históricas de la zona, en donde descubrieron cómo es que la técnica y el conocimiento son necesarios para elaborar esta fina bebida.


“Fue una dinámica como las que muchas bodegas mexicanas están empezando a participar y creo que es donde debe estar el vino mexicano: a la vanguardia y con innovación, para que pueda competir con otros de varias partes del mundo y tenga un liderazgo”, dijo Enrique Murillo, CEO de Casa Pedro Domecq.

Salomón y Cecilia Abedrop

Tras un breve andar entre barricas y pasillos antiquísimos, los wine lovers fueron recibidos por el enólogo Alberto Verdeja, quien les platicó acerca de cómo la idea de retomar elementos técnicos de antaño lo llevó a realizar una novedosa bebida.


De esta manera, el experto narró que alrededor del año 2013 comenzó a experimentar con vasijas del siglo 16, provenientes de la zona de La Mancha, en España, para hacer un vino peculiar y único, mismo que presentó en esta ocasión.

“Hay que pensar que la enología es como una rueda, en la que lo que ahora está de moda, pero que probablemente se trató de probar hace 100, 200 o 300 años, por lo que muchas de las cosas que se utilizan ya tuvieron su uso a lo largo del tiempo”.

Alberto Verdeja, winemaker
Aurélie Skorupa

“Tenemos joyas mexicanas que no hace falta ir a España o Francia, aquí hay cosas espectaculares y únicas que en el mundo es muy difícil encontrar”.

Aurélie Skorupa, brand manager de Casa Pedro Domecq

El momento de brindar se dio con la llegada de la noche, cuando se reunieron en una terraza para disfrutar de una cena maridaje hecha por el chef Miguel Ángel Guerrero, la cual gozaron con los vinos Viñas Viejas y del protagonista de la noche, Vasija, cosecha 2017.


Finalmente, luego de chocar copas por el dichoso encuentro, los presentes reconocieron las bondades de las tierras que dieron los frutos para tan distinguidos sabores.

“Estamos saliendo de una época muy complicada por la pandemia de 2020, tenemos que seguir siendo totalmente cautelosos por el tema sanitario, pero no cabe duda que hay que emprender, viene la cosecha del mes de agosto, por lo que hay que reforzar esfuerzos y cuidados”, puntualizó Alberto Curis, miembro del Consejo Mexicano Vitivinícola.

Carlos Parrodi, Jimena Cuevas y Alberto Curis

“El Valle es mi lugar favorito, me teletransporta a otro lado y me llena de felicidad, cambia el panorama de estar en la ciudad a venir a un lugar tan divertido, diferente y natural”.

Jimena Cuevas, publirrelacionista

El nombre del peculiar vino Vasijas proviene, precisamente, del proceso de elaboración,
en el que se utilizaron 10 vasijas, tres de éstas
de cerca de 500 litros y 7 más de alrededor
de 2 mil litros, y que dieron como resultado
una selecta producción de 900 botellas.