Sin Aliento (1960)
Junto a Jean Seberg, que interpreta a una joven estadounidense en París, Jean-Paul Belmondo se luce como un rufián enamorado en esta ópera prima de Jean-Luc Godard, convertida en una especie de manifiesto de la corriente conocida como “Nouvelle Vague”. Fue el papel que le abrió la puerta a la élite del cine galo.
Décadas después, la película sigue enamorando a nuevas generaciones, en especial por escenas como en la que Belmondo, al volante de un auto y con un cigarro, afirma mirando a la cámara: “Si no le gusta el mar, si no le gusta la montaña, si no le gusta la ciudad, entonces que le jodan”.
Léon Morin, Priest (1961)
Cuando la comunista Barny (Emmanuelle Riva) se encuentra con el apuesto sacerdote Léon Morin (Belmondo), entran en un acalorado debate sobre Dios. Comienzan a verse regularmente para conversaciones intelectuales y, finalmente, Barny se enamora del religioso. Los críticos elogiaron la película, ya que muestra a Belmondo y al director Jean-Pierre Melville alejándose de las películas de gángsters por las que eran conocidos.
El Hombre de Río (1964)
Dos años después del éxito de Cartouche, una película de capas y espadas con Claudia Cardinale, Belmondo vuelve a filmar con Philippe de Broca. Para esta película trepidante, se embarca con destino a Brasil, donde interpreta a un soldado raso que debe rescatar a su prometida Agnes (Françoise Dorléac) en el corazón del bosque amazónico.
Pierrot el Loco (1965)
Aburrido de su familia y el estilo de vida burgués, Ferdinand Griffon (Belmondo) se escapa con su ex novia, Marianne. Ambos se embarcan en una ola de crímenes a través de la campiña francesa, y el viaje tiene un final mortal para Ferdinand, después de que se da cuenta de que Marianne lo ha estado usando. El título de esta película de Godard proviene del apodo “Pierrot” (“payaso triste”) que Marianne le da a Ferdinand.
La Sirena del Mississippi (1969)
Después de rodar con Françoise Dorléac, Belmondo lo hace con su hermana Catherine Deneuve, bajo las órdenes de François Truffaut. Los dos actores más cotizados del momento en Francia viven en la película una historia de amor bajo el sol de la isla francesa de La Reunión. El filme, que no tuvo de inmediato el éxito esperado, es considerado actualmente un clásico del Séptimo Arte.
Borsalino (1970)
Esta película de Jacques Deray reúne por primera vez en la gran pantalla a las dos grandes estrellas masculinas del cine francés de la época: Belmondo y Alain Delon. El público se rinde ante las peripecias de los estos maleantes que aspiran a convertirse en los cabecillas de la mafia de la ciudad portuaria de Marsella.
Por cierto, las dos estrellas se enfrentaron en la vida real debido al orden de aparición de sus nombres en el cartel de la película, un asunto que incluso acabó ante los tribunales. Tardaron 28 años en volver a rodar juntos, en Uno de Dos, de Patrice Leconte.
Fear Over the City (1975)
El terror paraliza París cuando varias mujeres jóvenes son asesinadas en la ciudad. Como el oficial de policía Jean Letellier, Jean-Paul Belmondo sigue la pista del asesino, pero también tiene que lidiar con el infame gángster Marcucci. Se trata de un thriller lleno de explosiones, stunts alocados y muy elaborados y autos veloces, una prueba del poder de Belmondo como una estrella del cine de acción.
El Profesional (1981)
La historia del agente secreto Josselin Beaumont es una de las más siniestras de la carrera de Belmondo. Después de que se le ordena asesinar a un político déspota, el servicio de inteligencia francés cambia de opinión y entrega al detective a un centro de detención en un país africano ficticio. Beaumont huye después de dos años y decide llevar a cabo su misión original… Además de vengarse de sus ex empleadores.
As de Ases (1982)
Bajo la dirección de Gérard Oury, Belmondo interpreta a un ex piloto de la Primera Guerra Mundial que, convertido en entrenador de boxeo, viaja a la Alemania nazi para los Juegos Olímpicos de 1936. La cinta atrajo a las salas francesas a poco más de cinco millones de espectadores.
Le Marginal (1983)
Las apariciones de Belmondo en muchas películas de gángsters le valieron la reputación de un hombre macho que no se lo piensa dos veces antes de actuar. No es de extrañar que el papel del agente Jordan en esta cinta haya sido escrito especialmente para él: un tipo que persigue a los capos de la droga en Marsella cuando lo trasladan a París después de un accidente.
El Imperio del León (1988)
Claude Lelouch ofrece a Belmondo su último gran papel en el cine, coronado con el premio César del cine francés al Mejor Actor. Jean-Paul encarna a Sam Lion, un niño abandonado por su madre que se convierte en una estrella del circo; posteriormente se vuelve un empresario que decide abandonándolo todo y recorrer el mundo con un nombre falso. La película registró tres millones de entradas en Francia.
One Hundred and One Nights (1995)
Marcello Mastroianni, Alain Delon, Jeanne Moreau, Hanna Schygulla, Harrison Ford, Robert De Niro, Gina Lollobrigida y Jean-Paul Belmondo se encuentran entre las muchas estrellas de este filme poco conocido de Agnes Varda. La peculiar comedia es un homenaje divertido y nostálgico a los 100 años del cine como arte.