A lo largo de su vida, Clemente Serna Alvear tocó muchos corazones e inspiró a otros tantos, pues era un ser alegre, inteligente, tenaz, creativo, generoso y humano, así lo afirman sus seres queridos tras su sensible fallecimiento.
Nació el 29 de diciembre de 1936 en Monterrey, Nuevo León, hijo de Clemente Serna Martínez y Josefina Alvear, quienes también procrearon a Silvia María.
Su infancia la transcurrió feliz; vivió en su tierra natal, en Tampico y la CDMX, antes de irse a estudiar a San Antonio y después cursar la secundaria en St. Thomas Military Academy.
A su regreso, se fue a Monterrey para cursar la carrera de Administración de Empresas en el ITESM y, después, continuar su formación académica con una maestría en Negocios Internacionales en el International Institute for Management Development, en Suiza.
La música, jugar tenis y golf, cantar, tocar la guitarra y montar a caballo eran sus más grandes pasiones.
Contrajo matrimonio con María Luisa Barrera, con quien creó una gran familia con sus hijos, Luisa María, Clemente, Gabriela, Alejandro y Patricio, y sus 10 nietos, Johanna, Emiliano, Jerónimo, Clemente, Lorenza, Sofía, Begoña, Andrea, Patricio y Mauricio.
Inició su carrera en los años 60 en la Cadena de Radio Programas de México, la cual fue fundada por su padre; junto a José Gutiérrez Vivó volvió a Radio Red, una de las estaciones más populares, y a Monitor, en uno de los noticieros más escuchados.
Posteriormente, vendió su negocio a Grupo Radio Centro y fundó SSL, de Grupo Medcom, el cual agrupó a Grupo Editorial Expansión, Súper Red y Corporación Tapatía de Canal 5 en Guadalajara, Jalisco.
En su trayectoria, presidió la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión, el Consejo de Comunicación, el Consejo Universitario Iberoamericano (FICSAC) y el Club Rotario de la Ciudad de México; también fue vicepresidente de Coparmex y de la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin).
Obtuvo cargos honorarios como miembro de la junta Sanborns, en el Área Tecnológica de Monterrey Metropolitana, el Club de Industriales de la Ciudad de México y en la Asociación COB “Amigos de la Catedral Metropolitana de México, A.C”.
Innovar, hacer una diferencia para su país en todo lo que emprendía y conducirse respetuoso a sus principios fue el sello distintivo de don Clemente.
En su oficina hay escrito un mensaje del empresario Manuel Arango en el que le dice que debe sentirse orgulloso por haber sido parte de la apertura de información en el País, que encamina a la democracia y a un cambio social positivo, como es recordado por muchos.
Falleció a los 84 años el domingo 14 de noviembre, dejando entre sus amistades y familiares el recuerdo de cómo vivir una vida plena, feliz, exitosa y amorosa. Descanse en paz.