Se venció pronto en el penal y en el resto del juego tuvo poco trabajo.
Se voló en la falta del penal y aunque controló a su marcador, no se proyectó al ataque.
Titubeó en algunos ataques del Atlas al principio y luego se ubicó tácticamente.
No dio seguridad, ni tampoco aportó salida para atacar.
Como escudo lució muy solo. Recuperó y mostró intención de ordenar; el equipo no tenía construcción.
Jugó como central derecho y lo hizo bien, con anticipaciones, cortes y coberturas.
No generó juego y lo salvó el gol del empate; salió de cambio por un golpe en el rostro.
Se condicionó muy pronto con una amarilla; fue el “Charly” del torneo: correlón y nada más.
Fue de lo mejorcito de medio campo hacia el frente, pero sólo a ratos.
No tuvo ningún remate a gol, tampoco le funcionó su juego aéreo ni retener de espaldas.
Desaparecido casi todo el juego y ni siquiera usó su corpulencia para ganar faltas o jalar marcas.
Ingresó por Vegas al 57; falló en su labor de desbordar y meter centros al área.
Ingresó por González al 73′; entró perdido y lo único que hizo fue generar una bronca.
Ingresó por Aguirre al 90′; entró poco en juego y no tuvo opción de asociarse con el equipo.
Le faltó propuesta para arrancar el juego y luego variantes; un fiasco su estilo de juego.