Como un hijo devoto, hermano solidario, esposo, padre y abuelo leal, cariñoso y siempre presente, así describen sus seres queridos a Eduardo Miguel Ángel Gómez Mont Urueta tras su sensible fallecimiento.
Nació en la Ciudad de México el 23 de enero de 1953, hijo de Felipe Gómez Mont y María Teresa Urueta. Tuvo 12 hermanos: Tere, Felipe (q.e.p.d.), Tatis, Pita (q.e.p.d.), Pepe, Alejandro (q.e.p.d.), Gonzalo (q.e.p.d.), Mercedes (q.e.p.d.), Lourdes, Eugenia, Fernando y María.
"Miguel partió rodeado
de un jardín de flores,
acompañado de mucho amor,
respeto y agradecimiento. Lo vamos
a extrañar, pero se queda en nuestro
corazón”.
Junto a su familia, cuentan sus allegados, vivió su infancia en una casa en San Ángel con un gran jardín, resbaladilla y columpios, en los que jugaban todos los hermanos futbol, beisbol y quemados, y un espacio para las rosas de su mamá.
La casa siempre estaba llena de gente, entre primos y amigos de todos, que siempre eran recibidos con mucho cariño.
Estudió la primaria y secundaria en el Instituto México; la preparatoria en el CUM e hizo la carrera de Ingeniería Industrial en la Universidad Iberoamericana, además de una maestría en Administración de Empresas en el Tecnológico de Monterrey.
Era un empresario nato, siempre en búsqueda de un nuevo proyecto que lo retara, le encantaba ayudar a las personas; una de sus grandes pasiones era el futbol y siempre fue americanista de corazón.
Miguel supo
combinar la fuerza
y energía de un
líder con el talento
más amoroso
y sencillo. Desde
cero, construyó
casas y empresas,
y lo hizo siempre con
constancia y alegría.
Vivió siempre entre
una sonrisa
y una carcajada”.
En su vida profesional, se desarrolló mayoritariamente en el área de la vivienda. Durante más de dos décadas fue director general adjunto y vicepresidente ejecutivo de Corporación GEO.
Fue presidente de la Asociación de Promotores del Valle de México y de la Federación de Asociaciones de Promotores. Fundador y primer presidente de la Cámara Nacional de Desarrolladores de Vivienda (CANADEVI) y presidente de su consejo consultivo.
Representante de México ante la Unión Interamericana para la Vivienda (UNIAPRAVI); consejero y miembro de la Comisión Ejecutiva del Consejo Empresarial para el Desarrollo Inmobiliario y de la Vivienda (CEDIV), y miembro del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
Perteneció a la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (CONCAMIN); fue miembro fundador del Consejo Nacional de Vivienda (CONAVI) y consejero del Instituto Nacional del Fondo de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT). En su etapa de servidor público fue director del Fondo Nacional de Turismo (FONATUR).
Contrajo matrimonio con el amor de su vda, Rebeca Gavito Mohar, el 5 de abril de 1978 en la Ciudad de México, con quien procreó a sus tres hijos, Mariana, Miguel y Mauricio.
Tuvo ocho nietos: Isabel, Sofía, Lucila y Alexa, hijas de Mariana; Miguel y Mariano, de Miguel, y Bernardo y Emilia, de Mauricio.
Fue un hombre sencillo, de un gran corazón y exitoso empresario, lo cual lo llenaba de mucho orgullo. Son incontables las personas a las que de una u otra forma tocó con sus ideas, consejos y entrega.
Como padre, comparten sus hijos, fue el más amoroso y generoso, siempre preocupado por su familia y por sus amigos. Un hombre bendecido por Dios, con errores y muchas virtudes, que supo aprovechar al máximo las oportunidades que le brindó la vida.
Falleció el 29 de noviembre de 2021 en la CDMX, siendo un ejemplo para todo aquel que lo rodeó y para su más grande orgullo: su familia, a la cual llenó de cariño y recuerdos inolvidables, y que lo recordará como un gran guía que luchó para ser feliz. Descanse en paz.
EJEMPLO TOTAL
Para don Miguel, pasar tiempo
con sus hijos y ocho nietos
era lo más importante.
ORGULLO FAMILIAR
Don Miguel acompañó a sus tres hijos en sus bodas.
"Aprendí que nada
muere hasta
que se deja
de pensar en ello, siempre
en mi corazón, jefe”.
"Gracias, pá,
por tantos
momentos,
consejos, alegrías, cariño,
te quedas por siempre
conmigo y con mis hijas
que tanto te queremos,
fuiste, sin duda, el mejor
papá y te vamos a
extrañar todos los días”.