La única sesión que se había realizado Ana Martorell fue cuando nació su hijo, sin contar las laborales, que por su profesión necesita y, debido a que la invitaron a protagonizar una navideña con su familia, ahora tiene un recuerdo que jamás olvidará.
Con un VW Beetle de fondo, Ana junto a su esposo, Juan Manuel Valle, y sus hijos, Borja y Triana, de 13 y 10 años, respectivamente, crearon retratos que no imaginó tener y que ahora ocuparán un lugar especial en su casa.
“Nunca le di la importancia, pensaba que cuando los niños crecen, se vuelven obsoletas, pero no, son el objeto perfecto que refleja algo que sucedió y que fue divino. A veces no tenemos el tiempo y no le damos el valor que esto se merece; además, creemos que los niños no van a querer participar y cuando vi el resultado, dije ‘qué bueno que insistieron tanto y que al final fuimos’. El set es perfecto, no es cursi, en verdad te sientes en la nieve y ha sido una de las experiencias que repetiría todos los años, la recomiendo mucho”, platicó la chef.
“Hay que retomar estas fiestas como son, hay que darle el verdadero valor
a la Navidad: compartir, reflexionar y dar gracias por lo que fue y será”.ANA MARTORELL, chef
Como no estaba segura si accederían todos en casa, quiso hacerlos sentir libres y que fueran
ellos mismos, por lo que lo único que les pidió fue que no se vistieran en pants.
Otro elemento que los ayudó fue que la fotógrafa, a quien describe como dulce, sencilla y linda, los dejó hacer lo que en el momento sintieran y jugar con lo que se encontraban a su alcance, lo que permitió que en los ojos de todos se reflejara la ilusión de esta temporada.
“En media hora tuvimos todo, fue increíble, muy rápido y no pesado, todo irradiaba paz y desde que entramos, pasamos a un lugar completamente distinto, incluso hacía frío, como si de verdad estuviéramos en un sitio nevado, me sentí en mi spot ideal para estar con ellos”, compartió la también escritora.
Ese lugar al que se transportaron no fue producto de su imaginación, ya que desde hace cuatro años, en esta época viajan a un pueblito escondido en Idaho para pasar las fiestas y disfrutar de los instantes juntos al estar en contacto con la naturaleza y desconectarse del mundo digital.
“Podemos escoger el árbol, poner las luces, las esferas, adornos y estrella, en México siempre corro y ahora este momento significa todo, también todos cocinamos pavo y todos están incluidos en la elaboración, sin importar el resultado, porque es nuestro, al igual que el postre y, el 25, pasamos el día en pijama viendo películas navideñas, con lo que nos trajo Santa Claus y los regalos del intercambio navideño que hacemos, este día lo añoran mis hijos”, dijo Ana, quien también tiene presencia en YouTube a través de su canal homónimo.
Asegura que para esta Nochebuena, tiene en mente crear un menú dulce para plasmar
ese sabor en sus memorias debido a las dificultades por las que se atravesó en este año.
Para esta sesión realizada por María Eliza Yáñez, Cristina García Osuna, deTipis Kiki, se encargó de la decoración.