¡En guardia!
Contraseña única. Es un consejo repetitivo, sí, pero vital. Si quieres que tu cuenta y tus reuniones sean más seguras, crea una contraseña distinta y especial para cada servicio que utilices. De ser posible, blinda tu perfil activando la autenticación de dos factores.
Alerta de phishing. Como cualquier otro servicio en línea, tu usuario y contraseña son codiciados por ciberdelincuente, así que cuídate de ingresar estos datos en páginas que contengan errores ortográficos o de diseño, o bien cuya dirección sea distinta a la que utilizas regularmente. Como en todos los casos, desconfía de enlaces que provengan de personas desconocidas.
Al día. Para evitar vulnerabilidades, mantén el software de tu equipo y el programa que utilices para tus reuniones con las actualizaciones al día. Nuevas versiones son lanzadas con frecuencia para corregir errores y evitar riesgos.
Sala de espera. En servicios como Zoom, por ejemplo, es posible contar con una sala de espera, con la cual existe un doble filtro para controlar quién puede ingresar a una sesión.
Puerta cerrada. Algunas plataformas permiten “cerrar la puerta”, es decir, impedir que más personas entren a tu reunión o clase, después de determinada hora, truco útil si el acceso es a través de un enlace que se ha compartido muchas veces.
Enlace aleatorio. Para evitar intrusos y vigilar quién entra a tu reunión, puedes generar un enlace en cada sesión, con lo que mantienes el control.
Nivel profesional. Si la información que manejas en tu reuniones es sensible y confidencial, cerciórate de leer los términos y condiciones de tu servicio de videoconferencia. De ser necesario, explora opciones como una red privada virtual, para garantizar que no hay ventanas desde las que te puedan vigilar.