De acuerdo con los estándares de agricultura orgánica certificada, el proceso de cultivo debe promover la calidad del agua y del aire, la conservación de energía, biodiversidad agrícola y suelo saludable.
El algodón cultivado orgánicamente se produce de semillas que no han sido genéticamente modificadas, sin el uso de plaguicidas, herbicidas y fertilizantes sintéticos.
El uso de este tipo de algodón mejora la calidad del suelo pues utiliza procesos naturales como compostaje, cultivos de cobertura y cultivos de rotación para evitar el uso de productos químicos nocivos.
También reduce las emisiones de CO2 y hay una menor exposición a los químicos, pues la agricultura orgánica protege la salud de las personas y el planeta a través del uso de recursos naturales.
Finalmente, el utilizar algodón orgánico protege los suministros de agua, pues requiere menos agua y energía que las técnicas tradicionales de cultivo de algodón.