Ya sea como una alternativa para bajar de peso rápidamente, adoptar un estilo de vida que parezca más saludable o simplemente por moda, mucha gente ha implementado una dieta cetogénica, conocida también como Keto (por el término en inglés ketogenic).

En este tipo de plan, los alimentos que deben predominar son los que contienen grasas animales y vegetales, mientras que se reducen al mínimo o se eliminan las porciones de carbohidratos simples, como las frutas, pan, pastas y tortillas.

“Con esta dieta se genera en el organismo una situación conocida como cetosis, y al entrar en este estado, el cuerpo libera cuerpos cetónicos, estos compuestos químicos van a hacer que la energía que el cuerpo necesita sea provista por las grasas y no por los carbohidratos transformados en glucosa, como un cuerpo en estado normal lo hace”, explica Bárbara Ramírez, nutrióloga especializada en salud femenina y dieta Keto.

Sin embargo, como todo régimen alimenticio, la dieta Keto debe estar supervisada por expertos en nutrición o medicina, ya que los procesos que provoca en el organismo podrían causar efectos secundarios no deseados o dañinos, en casos específicos, advierte la experta.

¿Todos pueden hacer dieta Keto?

  • El paciente ideal es alguien con sus valores metabólicos estables, o con mínimas alteraciones en glucosa y colesterol, pero que no tenga daño renal o hepático.
  •  Por el contrario, personas con algún padecimiento como hipertensión, enfermedades renales o tiroideas deben estar vigilados muy estrictamente por un especialista.
  •  En el caso de mujeres embarazadas se recomienda evitarla.
  •  Está contraindicada para pacientes con diabetes tipo 1.
  • Para niños y adolescentes hay que evitar este tipo de plan, porque están en un proceso de crecimiento.
  • Aunque el paciente esté sano, siempre es recomendable seguirla de la mano de un especialista, ya sea médico o nutriólogo, para asegurar que el cuerpo conserve buenos niveles y se mantenga en cetosis.

¿Qué beneficios se obtienen?

  •  La pérdida de peso es uno de los principales beneficios, siempre y cuando exista un déficit calórico en la dieta.
  •  Una ventaja es que conforme pasan los días la sensación de hambre se reduce debido a los cuerpos cetónicos.
  •  Se ha visto que hay mayor energía en los pacientes, están menos aletargados.
  • Mantiene el cerebro en estado alerta, lo que beneficia a la memoria.
  •  El paciente no sentirá necesidad de ingerir gran­des cantidades de alimento.
  •  Contribuye a mejorar la salud cardiovascular, presión arterial y niveles de azúcar y colesterol.
  •  Reduce las crisis epilépticas en pacientes con esta enfermedad.

¿En qué consiste la dieta Keto?

La nutrióloga Bárbara Ramírez la sugiere en fases. Por lo general entre cuatro y seis meses de cetosis y posteriormente ir reincorporando los carbohidratos, dependiendo de los objetivos del paciente y los resultados obtenidos.

¿Y el rebote?

Como en todas la dietas, la especialista advierte que hay el riesgo del rebote si el paciente retoma la alimentación que solía tener antes del plan alimenticio, por eso es necesario ir de la mano de un experto que explique y enseñe qué alimentos y cuándo consumirlos de acuerdo a la persona, lo idea que es que aprenda a comer y a regular los carbohidratos.

¿Hay riesgos?

  •  Uno de los más comunes, en caso de hacerlo sin un plan profesional con porcentajes personalizados, es la pérdida de masa muscular.
  •  La deshidratación o alteraciones en los niveles de glucosa y colesterol son otros de los efectos secundarios de hacerla sin supervisión médica.
  •  En personas con antecedentes de enfermedades podría haber daño a tiroides o enfermedad renal.
  •  En el proceso de cetoadaptación, que varía en cada individuo, hay síntomas comunes como dolores de cabeza, náuseas, malestar general y algo conocido como “gripe Keto”, que suele desaparecer una vez que el cuerpo se adapta a la cetosis.

¿Qué se come?

La pirámide cetogénica privilegia grasas vegetales y animales como salmón, tocino, res, pollo, huevos, cerdo, pescado azul, aceite de aguacate, semillas de calabaza, girasol, chía y nueces; en segundo lugar están las verduras bajas en carbohidratos, sobre todo las verdes como brócoli, espinacas, lechuga, espárragos, pepinos, col, chayote, aceitunas, aguacate, coles de bruselas, entre otros.
En el nivel tres están los lácteos como la mantequilla, ghee, quesos de maduración suave, quesos de cabra o yogur griego sin endulzar; mientras que en último peldaño están las frutas, en donde lo idea es que sea bayas como las frambuesas, moras, fresas y arándanos frescos.

No es novedad

Aunque es una tendencia actual, el término de dieta cetogénica fue acuñado por el doctor estadounidense Russell M. Wilder en 1921, este médico clínico creó una dieta que imitara los efectos del ayuno en pacientes con epilepsia refractaria, ya que había estudios previos que evaluaron que el ayuno prolongado reducía la gravedad de las convulsiones.

Cincuenta años después, el neurólogo Peter Richard retomó esta dieta agregando grasas o triglicéridos de cadena media, lo que contribuyó a que la dieta no fuera tan estricta.

Textos: Álvaro García
Con información: Bárbara Ramírez, nutrióloga egresada de la Universidad del Valle de México y el libro Recetas Keto para Todos los Días, de Larousse Cocina.
Foto: iStock y archivo
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