Así como ocurre con los huracanes y las tormentas tropicales, las olas de calor comenzaron a ser nombradas este mes.
Sevilla, una ciudad de España, se convirtió en la primer urbe del mundo en clasificar y dar nombre a estos fenómenos meteorológicos.
Zoe arrancó esta tendencia. Fue una ola de calor que se prolongó del 24 al 27 de julio tras alcanzar la categoría máxima de peligrosidad.
Científicos argumentan que usar nombres contribuye a concientizar a la población acerca de su importancia e impulsa medidas para hacer frente a las altas temperaturas.
¿Por qué nombrarlas?
A mediados de julio, Europa experimentó una ola de calor que impusó nuevos récords de temperatura máxima, como los 40.3 grados centígrados registrados en Reino Unido el 19 de julio.
Se avivó la propuesta de nombrar a las olas de calor como parte de sistemas de alerta temprano con el fin de salvar vidas, dado que el calor extremo puede provocar agotamiento, deshidratación, insolación, pérdidas de conciencia y otras emergencias médicas.
¿Quieres saber más sobre los impactos del calor en el cuerpo? Entérate aquí.
La Sociedad Fisiológica, el grupo de fisiólogos más grande en Europa, llamó a ponerles nombre para aumentar la concientización sobre el peligro que representan para la población.
“Hace claro el riesgo para la salud y que las personas no pueden esperar continuar (su vida) normalmente durante la ola de calor”, comentó Mike Tipton, especialista de la Universidad de Portsmouth.
Mejoraría la comunicación sobre las olas de calor, en especial entre quienes carecen acceso a aplicaciones o sitios de internet centrados en el clima.
Según proMETEO Sevilla, el proyecto español, los posibles riesgos de las olas de calor tienden a subestimarse con respecto a otros desastres.
No es la única ciudad del mundo interesada en otorgar nombres a estos fenómenos meteorológicos, pues también lo están Atenas, en Grecia; Santiago, en Chile; así como Los Ángeles y Miami, en Estados Unidos.
“El calor extremo no sólo es un problema de tus vacaciones de verano. Debido al cambio climático, estamos viendo cada vez más un clima caluroso en el Reino Unido”.
Mike Tipton
Miembro de la Sociedad Fisiológica del Reino Unido.
¿Cómo funciona en Sevilla?
proMETEO Sevilla estará un año en fase de prueba para examinar la viabilidad de establecer un sistema de alerta que avise sobre la llegada de una ola de calor y sus posibles consecuencias para la salud.
A partir de un análisis de las condiciones climáticas de Sevilla a lo largo de su historia y de datos diarios de salud, un algoritmo pronostica estos fenómenos con varios días de antelación para clasificarlos en cinco niveles según su potencial incidencia en la población.
Sólo las olas de calor del nivel máximo reciben un nombre propio que comienza por la última letra del alfabeto en español. Las primeras cinco son: Zoe, Yago, Xenia, Wenceslao y Vega.
La iniciativa es el resultado de 18 meses de investigación liderada por el Centro de Resiliencia Adrienne Arsht Rockefeller Foundation.
“Va a servir para anticiparnos en la toma de medidas cuando se produzcan este tipo de fenómenos meteorológicos, especialmente teniendo en cuenta que las olas de calor siempre golpean a los más vulnerables”.
Antonio Muñoz
Alcalde de Sevilla, España.
Exploran ventajas y desventajas
Más de 400 hectáreas se quemaron por un incendio forestal cerca de Salamanca, España. Imagen: Agencia Espacial Europea (ESA)
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) dio a conocer que, por ahora, no tiene planes de nombrar a las olas de calor, pero sí está considerando las ventajas y desventajas de hacerlo.
Los huracanes y las tormentas tropicales siguen un protocolo acordado a nivel internacional para coordinar el nombramiento de estos eventos de escala regional o transfronteriza.
Sin embargo, se deben tomar en cuenta las diferencias físicas y los impactos entre ambos tipos de fenómenos meteorológicos.
Una ola de calor suele declararse a partir de condiciones climáticas locales. Por lo general son las agencias meteorológicas o de salud públicas las encargadas de estas declaratorias.
La OMM señala que en varias regiones es posible pronosticarlas con hasta 10 días de anticipación. Esto representa un reto adicional si se nombran eventos que podrían no suceder, terminan por ser menos severas u ocurren en un sitio distinto.
“Esto podría potencialmente socavar cualquier beneficios de aumentar la concientización a través del nombramiento y crear falsas alarmas”, advierte.
Fuentes: Met Office, proMETEO Sevilla, University of Portsmouth y WMO.