Una mujer única, dedicada a su familia, con una alegría como pocos por vivir; un ser humano extraordinario, fuerte y con un gran sentido del humor, así es como recuerdan los suyos a Elsa Touché Sánchez Navarro tras su sensible fallecimiento.
Nació el 7 de diciembre de 1923 en Tampico, Tamaulipas. Junto a sus padres, Jorge Touché y Carmen Sánchez Navarro, vivió una infancia feliz con sus cuatro hermanos, Jorge Touché, Eduardo Touché, Nancy Touché y Lorenzo Touché.
En aquel estado, Elsa Touché Sánchez Navarro cursó sus estudios primarios en el Colegio Dolores Martínez. En su etapa de adolescencia, durante una temporada que visitaba a su abuelita en la Ciudad de México, conoció al amor de su vida, Ricardo Guajardo.
Ya como novios, el arquitecto de profesión le comentó que, gracias a la contratación en un nuevo trabajo, iba a residir en Monterrey, lugar en el que se casaron y vieron crecer a sus seis hijos, Ricardo Guajardo, Elsa Guajardo, Jorge Guajardo, Sylvia Guajardo, Javier Guajardo y Mauricio Guajardo.
UNA VIDA PARA RECORDAR
Quienes conocieron a Elsa Touché Sánchez Navarro la describen como una excelente anfitriona, pues le encantaba cocinar y preparar platillos para toda su familia.
Una de las actividades que Elsa Touché Sánchez Navarro más disfrutaba realizar con sus seres queridos, especialmente con sus nietas y nueras, era compartir sus recetas. Además, otras de sus más grandes pasiones fueron los viajes y la lectura.
A sus 99 años vida, “Tita”, como nombraban de cariño a Elsa Touché Sánchez Navarro, agradeció siempre la dicha y bendición de gozar a sus 6 hijos, 10 nietos y 8 bisnietos, a quienes dejó un ejemplo de fortaleza y amor. Descanse en paz.
DE PUÑO Y LETRA
“Algunas de las veces que iba a visitar a ‘Tita’ hablábamos de cocina, me decía que fuera a uno de los clósets del pasillo de su casa y que sacara sus recetarios para enseñármelos.
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Todos sabemos que era una gran cocinera, habrá que recoger de la cocina de su hogar varios de estos para cuando intentemos repetir alguno de sus guisos... aunque no sé si lo vamos a lograr... pero más que sus recetas de cocina, quizá, nos hubiera gustado que nos dejara escritas otras como:
La de cómo educar a seis hijos y tener una familia unida; cómo tener una casa en la que todos se sientan bienvenidos; cómo combinar la prudencia y el respeto con la sinceridad y claridad; cómo ganarse el cariño de todos quienes la conocían; cómo ser fuerte ante las dificultades y cómo llegar a los casi 99 como ella llegó, entre otras muchas cosas.
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Pero mi abuelita, como buena cocinera, no dejó ninguna de éstas, porque no siguió ninguna, pues para la vida, no hay recetas. ‘Tita’ simplemente supo mezclar los ingredientes para vivir una vida muy bella. No nos dejó éstas, pero sí un ejemplo de hermana, mamá, suegra, abuela, amiga.
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Hoy, aunque estamos tristes porque vamos extrañar muchos momentos con ella, tantas navidades familiares, comidas, domingos, tenerla en la salita de tele siempre dispuesta a recibir a todos los que pasábamos a saludarla; estamos tristes, pero, también tenemos en el corazón mucho agradecimiento por el don de su larga vida.
Estamos agradecidos con Dios, porque hemos tenido el regalo de que estuviera tanto tiempo con nosotros y por poder disfrutarla tanto.
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Gracias por dejarnos el ejemplo de una vida como la tuya, ¡te queremos mucho y te vamos a extrañar más! Gracias a todos mis tíos y primos por estar siempre al pendiente de ‘Tita’ y mostrarle tanto cariño, especialmente, a mi tío, Mauricio, y a mi tía, Nena, quienes la cuidaron y acompañaron con cariño para que nunca le faltara nada hasta el final.
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Estoy segura de que ella, desde el Cielo, ahora se va a encargar de cuidar de la misma manera de ustedes. Gracias, también a todos los que se han hecho presentes para acompañarnos a toda la familia a despedirnos de ‘Tita’”.Lucía Guajardo, nieta