Se trata del control de esfínteres y el procedimiento para que dejen el pañal, tema por el que sus pacientes acuden frecuentemente a consulta y, para apoyarlos de una manera didáctica y divertida, Paula Aguilar escribió el cuento “El Camino a Popotlán”.
Durante años he usado esta técnica, que es ayudarle a los papás a contarle una historia a sus hijos, en la que ellos puedan entender que en el cuerpo se queda una parte del alimento, que es gasolina, pero el resto no nos sirve y es como si dejáramos la basura dentro”.
“Hay niños que no pueden ir al baño, se asustan con el excusado, se rehusan y retienen, pero como los adultos no pueden controlar el cuerpo de alguien más, se desesperan y terminan probando de todo, como premios, castigos, amenazas y gritos, sin embargo, eso fragmenta un poco el vínculo y daña el desarollo emocional del peque”, dijo Paula Aguilar, también psicoterapeuta.
Es por esta razón que Paula Aguilar presentó su segundo cuento, “El Camino a Popotlán”, el cual está ilustrado por Dani García de Alba y eligió una ludoteca para leerlo a chicos y grandes.
“La idea con esto es plasmar la técnica que he usado por años con muchísimas personas, incluso, con mis hijos, la cual da muy buenos resultados, pues hay un mundo mágico que los ayuda a desprender y dejar ir”, contó Paula Aguilar.
Durante la mañana de recreación, Paula Aguilar tuvo a los presentes atentos a la historia que compartió y notó que muchos de los asistentes reían por las aventuras de los personajes de “El Camino a Popotlán”.
“Había partes que les parecían muy chistosas y divertidas, pues aunque es algo que se maneja de forma ligera y divertida, se trata de un tópico muy profundo”, explicó Paula Aguilar.
“Antes de publicarlo, lo mandé a varias mamás para que se lo leyeran a sus chiquitos y me contaran cómo reaccionaban, así como también para recibir una crítica constructiva”.
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