

En 2020, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) registró la salida de 60 mil 587 ciudadanos de Jalisco hacia otro País; 79 por ciento tuvo a la Unión Americana como destino.
El censo del mismo año identificó 841 mil 477 jaliscienses con residencia en el extranjero.
De acuerdo con el Instituto Estatal de Información Estadística y Geográfica (IIEG), en 2017 los municipios de las regiones Centro y Altos recibieron el mayor número de remesas. Significa que, por cantidad, son los que expulsan mayor número de migrantes.
Envíos de dinero del exterior
Aunque existe la percepción de que ha disminuido la emigración hacia EU, México cerró el año pasado con una recepción histórica de remesas: 58 mil 509 millones de dólares.
Jalisco ocupó el primer lugar nacional con la captación de 5 mil 403 millones de dólares, y reportó un alza en comparación con 2021, cuando el monto fue de 5 mil 235 millones.
Las remesas aportan 4 por ciento al Producto Interno Bruto (PIB) local.
Municipios (top 10)
Guadalajara
Zapopan
Tlaquepaque
Puerto Vallarta
Lagos de Moreno
Tonalá
Tepatitlán
La Barca
Ameca
Arandas
Remesas (millones de dólares)
375.1
234.8
86.7
83.9
83.0
77.4
70
61.6
60.1
55.9
Fuente: IIEG Jalisco con datos del Banco de México, 2017.
Sin embargo, cambia la percepción cuando se analiza el Índice de Intensidad Migratoria. Ahí ganan los municipios pequeños y del interior, pues registran mayor porcentaje de viviendas receptoras de remesas en comparación con el total de su población.
Municipios
Cuautla
Mixtlán
S. María de los Ángeles
Huejuquilla El Alto
Guachinango
Viviendas que reciben remesas
45.2%
31.2%
30.9%
30.5%
30.2%
Fuente: Índice de Intensidad Migratoria 2020, Consejo Nacional de Población (Conapo).

Los braceros
El año 1942 fue un parteaguas en la relación entre los trabajadores de Jalisco y la Unión Americana. Por la Segunda Guerra Mundial, EU se quedó sin mano de obra para las cosechas.
Necesitaban brazos que encontraron en los campesinos mexicanos, de ahí el término que bautizó al programa: “Bracero”.
Fue un acuerdo entre ambos Gobiernos para facilitar el traslado de trabajadores, expuso Sofía Meza Mejía, especialista en Relaciones Internacionales del ITESO.
Jalisco -en especial la región de Los Altos y municipios con predominancia rural- fue uno de los estados que más braceros aportó junto con Chihuahua y Michoacán. Aprovecharon el paso del ferrocarril.


Los braceros detonaron cambios sociales y culturales en el campo, señaló Meza Mejía. La ausencia de hombres obligó a las mujeres a asumir roles tradicionalmente asignados al género masculino. A su regreso, cambiaron las formas de vestir, de hablar y los modelos de arquitectura.
El Programa Bracero terminó en 1964 y dio pie a la era de los indocumentados, aunque Meza subrayó que en los 22 años de vigencia los cruces ilegales nunca frenaron y, al paso del tiempo, serían la fuente principal de migración.
Uno de sus picos fue de 2000 a 2005, con un ingreso promedio anual de 400 mil mexicanos. En 2017, el registro bajó a 125 mil.
En 2017 la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó la presencia de 11.6 millones de mexicanos en el vecino país.


El sueño canadiense
Con un estatus devaluado del “sueño americano” tras la crisis económica de 2008, a los jaliscienses ahora les atrae “el sueño canadiense” como mecanismo para perseverar.
Hay un motivo que Meza Mejía compara con el Programa Bracero: el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales (PTAT), que nace de un acuerdo bilateral entre México y Canadá.
Aunque existe desde 1974, la SRE reportó un auge a partir de 2018, cuando llegaron 25 mil 331 trabajadores mexicanos a las provincias de Ontario, Quebec y Columbia Británica.
En cuanto a Jalisco, también se observa incremento en el interés por Canadá, a donde, al menos hasta 2015, Chapala era el Municipio que más aportaba con 694 emigrantes; seguido por Guadalajara, con 194; Zapopan, 151 y Puerto Vallarta, 132.
Aparte del PTAT, la demanda de mano de obra en oficios -como en la época de los braceros- se repite, oportunidad que para quienes habitan en municipios como Tlajomulco sirve también como un escape a la inseguridad.

Lyliana Arévalo Villa vivía en Santa Fe, en Tlajomulco. Dejó un empleo y el séptimo cuatrimestre de la carrera en Diseño Industrial para emigrar al condado de Simcoe, Ontario. Desempeña trabajos temporales: jardinería en verano y remoción de nieve en invierno.
“En los últimos meses que estuve allá (Tlajomulco) había cada vez más desapariciones y asesinatos por donde vivía. Y me desmotivaba ver lo difícil que era conseguir un trabajo con un sueldo decente aun teniendo un título universitario. Sumado a que una parte de mi familia ya había emigrado a Canadá y eso me dio esperanza de conseguir un mejor futuro aquí”, señaló.
La oferta de oficios a ejercer coincide con menores requisitos para entrar al País.
“Canadá es un país que está agarrando popularidad ya que está en crecimiento y hay muchos trabajos para nosotros, aparte de que es muy fácil venir ya que solamente te piden tu pasaporte”, comentó André Gael Leal Hernández, trabajador de la construcción en Vancouver.
Lyliana y André Gael extrañan la comida mexicana y el clima, pero no quieren volver a enfrentar la dura realidad.
Opciones para jaliscienses
Aun con las dificultades reconocidas, saben que los sueldos canadienses les permiten acceder a condiciones impensables en Jalisco, como le sucede a Luis Fernando Núñez, quien a sus 27 años radica en Wasaga Beach.
“En Canadá el salario mínimo es suficiente para cubrir tus necesidades y un poco más. Al final, en los dos países los precios son los mismos, convertidos; la diferencia es que, en Canadá, con el salario mínimo puedes ganar alrededor de mil 600 pesos por día“, aseguró.
Con un salario promedio mensual de 8 mil 418 pesos en la entidad, y aun estando arriba del promedio nacional, el “Canadian” y el “American dream” se mantendrán como una opción para los jaliscienses.

Testimonios
Edición: Yenzi Velázquez.
Información: Maggie Urzúa.
Fotos: Jorge Rangel, Maricarmen Galindo y archivo.
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