También arrestaron a un sospechoso de un tiroteo en un billar que dejó a 11 personas muertas.

La redada de la prisión demostró la determinación del Gobierno hondureño de tomar medidas enérgicas contra las pandillas luego de la masacre de la semana pasada que dejó 46 reclusas muertas en una prisión.

La Policía dijo que estaba considerando la posibilidad de que el tiroteo en la sala de billar del sábado estuviera relacionado con la violencia en la prisión.

El lunes, la Policía militar, que se ha hecho cargo de las prisiones del país, se desplegó en varias cárceles, vació las celdas y obligó a los reclusos a sentarse en filas, con las piernas separadas y acurrucados unos contra otros.

Algunos se vieron obligados a mantener la cabeza gacha y las manos en la nuca.

Tales tácticas— con reclusos vestidos solo con pantalones cortos, con la cabeza inclinada sobre otro preso—se hicieron famosas el año pasado por el Presidente salvadoreño, Nayib Bukele, durante su campaña contra las pandillas.

Las duras tácticas de Bukele han dado lugar a denuncias de abusos contra los derechos humanos, pero también se han vuelto populares entre los residentes del país centroamericano, donde las comunidades están saliendo de la opresión de la violencia y la extorsión de las pandillas.

La Policía militar dijo que registró los bloques de celdas vacíos y encontró cientos de municiones, pistolas, rifles de asalto y granadas.

Al igual que en El Salvador, la Policía distribuyó videos de los allanamientos en las cárceles, acompañados de música.

Incluso las mujeres reclusas fueron obligadas a sentarse en los patios de la prisión con las manos en el cuello, pero las policías militares les permitieron quedarse con la camisa puesta.

Se realizó una búsqueda en una penitenciaría de hombres en Tamara, la misma ciudad donde ocurrió la masacre en la prisión de mujeres la semana pasada.

La masacre en la cárcel de mujeres de Tamara, al noreste de la capital de Honduras, indignó al país y provocó cateos, toques de queda y represión.

En esa masacre, reclusas pertenecientes a la pandilla callejera Barrio 18 contrabandearon pistolas, machetes y un líquido inflamable.

Las reclusas sometieron a los guardias e irrumpieron en las celdas que albergaban a miembros de una pandilla rival.

Las miembros de la pandilla mataron a machetazos, dispararon a las rivales y prendieron fuego a las víctimas.

Si bien los asesinatos en el salón de billar en la ciudad de Choloma, en la provincia de Cortés, ocurrieron muy al norte de Tamara, los dos hechos podrían estar relacionados, según la Policía.

El comisionado de la Policía Nacional, Miguel Pérez Suazo, dijo que las autoridades detuvieron a un sospechoso en los asesinatos del salón de billar y estaban buscando a otros.

“No descartamos que estos delitos puedan ser una especie de venganza por lo ocurrido en el penal de mujeres”, dijo Pérez Suazo.

Choloma tiene fama de ser el territorio de la pandilla Barrio 18, lo que lo convertiría en un lugar lógico para atacar a sus miembros.

Pero la Policía dijo que el sospechoso detenido el lunes también supuestamente pertenecía al Barrio 18.

“Tampoco descartamos que haya sido algún tipo de venganza de los delincuentes contra los civiles”, dijo Pérez Suazo.

La Presidenta hondureña, Xiomara Castro, ha puesto a la Policía militar a cargo de las prisiones mal administradas del país y les ha dado un año para capacitar a nuevos guardias.

También anunció medidas de seguridad que incluyen toques de queda en la zona de Choloma, así como “redadas, capturas y retenes las 24 horas”.

El toque de queda en Choloma se extenderá desde las 21:00 horas hasta las 4:00 horas.

El toque de queda en la cercana ciudad de San Pedro Sula comenzará el 4 de julio.