El debut de Truman Capote como novelista fue con “Otras Voces, Otros Ámbitos”, una ficción aparentemente sencilla (un hijo busca a su padre), pero con el poder para incomodar a la crítica literaria, que la calificó como decadente, pretenciosa y degenerada.
Con el éxito a sus pies y convertido en el “enfant terrible” de la literatura, Capote estaba listo para beber algo más que vodka con jugo de naranja.