1942-2023
DIEGO MATTHAI SPRINGER
Como un genio, de gran creatividad, personalidad y carácter, así como un ser humano amoroso con su familia y las personas que lo rodeaban es como recordarán a Diego Matthai Springer tras su sensible fallecimiento a los 81 años de edad.
Nació el 19 de marzo de 1942 en la Ciudad de México. Fue hijo único del filósofo Horst Matthai Quelle y la modelo Margot Springer, con quienes vivió una infancia feliz.
Cursó desde primaria hasta la preparatoria en el Colegio Alemán Alexander Von Humboldt, para más tarde egresar de Arquitectura, de la IBERO.
A decir de sus seres queridos, Diego Matthai Springer fue muy exitoso en todo, pues desde que era pequeño supo las cualidades y virtudes que tenía. Sus grandes virtudes y ejemplo los permeó en su esposa, María del Rocío Ibarra Medina; sus hijos, Cecil Matthai Esquivel-Obregón y Verónica Matthai Longoria, y en sus nietos, Paolo, Enzo y Tiago.
Desde el punto de vista profesional, Diego Matthai Springer logró alcanzar todas las metas que se propuso. Su carrera fue muy destacada y ha dejado una huella indeleble en su campo de expertise.
Entre los galardones que recibió destacan el Premio a la Excelencia Europea, la Medalla de Plata en la Bienal de Arquitectura Mexicana y el Premio a la Excelencia Universal. En el ámbito personal, construyó una vida plena y feliz, rodeada de las personas que amaba y que lo llenaban de cariño y amor.
“La creatividad nunca termina, sólo crece”, “La felicidad es ahora; ayer, ya fue, mañana espero también”; “Nunca terminas de aprender a toda hora. Y el amor lo demuestras enseñando y dando siempre” son sólo algunas de las frases que Diego Matthai Springer compartía en consejos a sus seres queridos.
Su legado perdurará a través del tiempo. Quienes lo conocieron, afirman que su impacto en el mundo de la arquitectura, diseño y arte ha sido tan significativo que será recordado como un genio en su campo.
Las obras Diego Matthai Springer adornan museos, universidades, entre otros espacios, inspirando a las generaciones futuras a seguir su camino y a buscar la excelencia en lo que hacen.
“La creatividad nunca termina, sólo crece”, “La felicidad es ahora; ayer, ya fue, mañana espero también”; “Nunca terminas de aprender a toda hora. Y el amor lo demuestras enseñando y dando siempre” son sólo algunas de las frases que Diego Matthai Springer compartía en consejos a sus seres queridos.
Su legado perdurará a través del tiempo. Quienes lo conocieron, afirman que su impacto en el mundo de la arquitectura, diseño y arte ha sido tan significativo que será recordado como un genio en su campo.
Las obras Diego Matthai Springer adornan museos, universidades, entre otros espacios, inspirando a las generaciones futuras a seguir su camino y a buscar la excelencia en lo que hacen.
DE PUÑO Y LETRA
Más allá de todas sus habilidades y éxitos profesionales, hay algo que siempre destacaré sobre mi marido: su carácter y personalidad. Era un hombre genio, cuya inteligencia trascendía lo académico y se manifestaba en cada aspecto de su vida. Su amor y dedicación hacia su familia eran inmensurables, pues buscaba el bienestar de cada uno y se entregaba por completo a nosotros. Su tenacidad y trabajo incansable eran admirables, nunca se rindió ante los desafíos y siempre buscó superarse a sí mismo. Además de su labor en el ámbito profesional, fue una persona bondadosa que tocó la vida de muchos con sus gestos de generosidad y empatía. Su amor hacia los demás se reflejaba en su manera de ayudar y apoyar a sus amigos y conocidos. Era un ser humano lleno de valores, principios y virtudes que lo hacían un ejemplo a seguir para todos los que tuvimos la fortuna de conocerlo”.
María del Rocío Ibarra Medina, esposa