Popera juvenil
En 1982, el mundo fue testigo del lanzamiento de una Madonna en pleno apogeo del pop. Con su distintivo estilo, una fusión de prendas de segunda mano, cabello teñido y a menudo coronado por un sombrero, fue la compañera perfecta para una serie de canciones de pop bailable como “Everybody”, “Lucky Star” y “Holiday”, que revolucionaron el panorama musical durante la siguiente década. Pero había señales de algo más subterráneo. A sus 24 años, Madonna había pasado los últimos años deleitándose en los clubes nocturnos como el icónico Fun House de Nueva York.
Católica en penitencia
Durante la fase de la Madonna católica penitente, que abarcó desde su icónica canción “Like a Virgin” (1984) hasta el profundo impacto de “Like a Prayer” (1989), se desplegó su habilidad para forjar analogías. En el contexto de su cuarto álbum de estudio, su atrevida incursión en temáticas religiosas suscitó conmoción; incluso el Papa encontró un momento en su agenda para censurar las representaciones que algunos consideraban sacras y otros sacrílegas. Las imágenes de crucifijos ardientes y las poses insinuantes de Madonna a finales de los años 80 se mantienen imborrables. Mediante la equiparación del pecado con la perversión y al entrelazar la adoración espiritual con el éxtasis sexual, la era “Like a Prayer” se erige como un intento de reconciliar la formación católica de Madonna con su naturaleza lujuriosa.
Rubia seductora
En 1985, Madonna da un giro en su imagen y se presenta como una seductora rubia que desafía las convenciones. A través del videoclip de su emblemático hit “Material Girl”, lanzado en 1984, la artista transmite su destreza para manipular las reglas de una sociedad consumista, ejerciendo su influencia sobre aquellos que son los principales responsables de esta dinámica. Canta con dulzura acerca de cómo su experiencia la ha enriquecido y cómo ahora es objeto de interés por parte de otros. Con firmeza, advierte que no permitirá que jueguen con su situación. En el video, Madonna se muestra como una rubia seductora inspirada en la década de los 50, y rinde homenaje a una escena icónica de la película de Marilyn Monroe, Los Caballeros las Prefieren Rubias.
Icono voguing
El impacto de Madonna en la cultura del voguing y de Nueva York es innegable. Aunque es comprensible que algunas personas puedieron pensar que ella “inventó” o desempeñó un papel central en este ámbito, especialmente si carecían de acceso a internet, su video musical “Vogue”, de su disco I’m Breathless (1990), introdujo esta subcultura significativa y cerrada a una audiencia más amplia. Los movimientos de baile distintivos presentes en el video se volvieron emblemáticos de este estilo.
Madonna erótica
Caracterizado por los audaces ritmos creados por Shep Pettibone, gemidos orgásmicos y letras como esta: “My name is Dita, I’ll be your mistress tonight, I’d like to put you in a trance, if I take you from behind (Mi nombre es Dita, seré tu amante esta noche, me gustaría ponerte en trance, si te tomo por detrás)”, el álbum Erotica (1992) de Madonna proyecta una celebración de la sexualidad, en especial un tipo de deseo oscuro, subversivo y algo atrevido. El lanzamiento del disco provocó una reacción adversa y situó a Madonna entre las escasas artistas principales que exploraron la política sexual en el contexto de la crisis del SIDA y la era conservadora bajo Reagan.
Alrededor del mismo periodo, Madonna también se embarcó en un proyecto llamado “Sex”: un libro de mesa dedicado al arte de la intimidad. Relleno de ensayos, poemas e historias, escrito bajo el seudónimo de Mistress Dita, el libro de 182 páginas también incluye imágenes explícitas de la cantante.
Madonna espiritual
Durante su etapa espiritual (1998-2000), Madonna experimentó una transformación artística significativa al colaborar con el productor William Orbit en el aclamado álbum Ray of Light de 1998. Esta fase no solo influyó en su música, sino también en su enfoque visual y espiritual. En lugar de simplemente explorar imágenes religiosas, Madonna se adentró en la iconografía del judaísmo místico. Su interés en el yoga Ashtanga y la Cábala, que explora la relación entre Dios y el Universo, se reflejó incluso en sus videos, donde adoptó los característicos brazaletes rojos.
Esta fase representó una fusión de electrónica futurista con influencias orientales y música ambiental. Temas como la maternidad y el duelo por la pérdida de su madre en canciones como “Little Star’, “Ray of Light”, son buenos ejemplos de este periódo.
Madonna vaquera
Durante la época de Madonna vaquera (2000-2002), la artista logró fusionar dos estilos icónicos de manera única. Fuera del escenario, adoptaba el aspecto de una esposa de campo, conduciendo un Land Rover de vuelta a su mansión. Sin embargo, sobre el escenario, su apariencia se transformaba en una mezcla de mezclilla y un sombrero vaquero. Este cambio estilístico fue impulsado por su octavo álbum, Music de 2000. Bajo la dirección del fotógrafo Jean Baptiste Mondino, se estableció una estética occidental para el álbum.
Madonna disco
Inspirado por una mezcla intensa de Fiebre de Sábado por la Noche, la música disco de Donna Summer y arriesgadas rutinas de patinaje, Confessions on a Dancefloor (2005) de Madonna marcó un cambio radical respecto a su álbum anterior. Mientras American Life fue político y ardiente, con una portada que la mostraba como Che Guevara, este disco se enfocó en la libertad de bailar sin restricciones.
Vestida con su icónico maillot rosa, el videoclip del exitoso “Hung Up” muestra a Madonna entrenando para unirse a un grupo de parkour y breakdance exclusivo; para su audición final, realiza una enérgica rutina de baile. Este período mostró la fuerza artística y física de la cantante.
Madame X
Su última personificación es Madame X, también el nombre de su último álbum lanzado en 2019. La propia artista describió a Madame X como “una agente secreta que viaja por el mundo, cambia identidades, lucha por la libertad, lleva luz a lugares oscuros. Es una bailarina, una profesora, una jefa de estado, una ama de llaves, una amazona, una prisionera, una estudiante, una madre, una niña, una maestra, una monja, una cantante, una santa, una prostituta”.
Madame X, disco con el que Madonna es suerte de neo-meretriz, no fue muy aplaudido por la crítica especializada. Lo que se sabe es que este material aglutina influencias portuguesas, música latina y hasta dance noventero que lo vuelven un álbum extravagante en el cosmos del pop mainstream.