1. ROMPER MITOS
El burnout, las crisis de ansiedad y los ataques de pánico que experimentaba, llevaron a Luis Campos a comenzar su camino hacia el bienestar emocional.
Luego de tomar diversos cursos para aprender al respecto, comenzó a hablar del tema con su círculo cercano y después en redes sociales, por allá del 2019.
“Al principio todo lo hablaba en tercera persona, no me centraba en hablarlo desde mi experiencia por el tabú y el estigma”, recuerda el regio de 28 años.
“Pero conforme fui aprendiendo más, fue cuando empecé a decir: ‘tengo que tomar valor y decir que a mí también me pasó y a ti también te puede pasar’”.
Al inicio, recuerda, las personas reaccionaban con indiferencia, dudando que fuera algo en lo que debían poner importancia. Pero la pandemia cambió todo, pues más y más personas se fueron interesando y buscando ayuda.
Fue en esa época cuando comenzó a crecer el número de cuentas de redes sociales hablando sobre depresión, ansiedad, burnout y diversas enfermedades mentales.
“Los jóvenes han roto muchos tabús y yo lo percibo como una ola de desestigmatización”, señala Paola Lavín, psicóloga clínica y de la salud.
“Un factor contribuyente son las redes sociales. Ahora es muy fácil compartir tu historia con miles de masas, a comparación de antes”.
2. ‘NO PONGAS ESO’
Las primeras publicaciones que Samantha Gómez comenzó a hacer en su Facebook, hace más de 10 años, eran sobre su deseo de morir.
En las redes sociales encontró un espacio para expresar cómo se sentía viviendo con ansiedad y depresión. Pero los comentarios que recibía eran difíciles de leer.
“Familiares que decían: ‘no pongas eso por tu imagen’ o ‘no me gusta ver publicaciones de gente que quiero y está sufriendo’”, recuerda Samantha, de 27 años.
“Pero me puse a pensar que el hecho de que eliminara esa publicación, solamente le estaría dando validación a que continuara callándome’”.
3. ¡GRACIAS POR HABLAR DE ESO!
Tras años de luchar contra la depresión y la ansiedad, Lorena empezó a compartir su historia en internet alrededor del 2020, impulsada por los efectos de la pandemia en sus amigos.
Y más abiertamente lo hizo en 2022, cuando inició tratamiento psiquiátrico por un episodio depresivo severo.
Se acuerda de aquella mañana de octubre, tras despertar después de un ataque de pánico, cuando decidió compartirlo con sus amigos en redes sociales.
“Mucha gente me dijo: ‘¡gracias por hablar de esto!’, ‘yo a veces me siento así y no sé cómo expresarme’ y ‘si necesitas algo, aquí estoy’”, cuenta Lorena, de 33 años.
4. ENLACE EN VIVO...
Aunque aún falta mucho trabajo por hacer, apuntan las especialistas, los cambios se ven reflejados en el día a día, en las conversaciones cotidianas y en las consultas.
Ahora es más común que se hable sin vergüenza sobre ir a terapia y que las personas lleguen al consultorio en busca de ayuda.
“Muchos de mis pacientes escucharon hablar de problemas emocionales en los tiktoks o en las palabras de los influencers”, apunta la psicoanalista Zavala, quien recuerda el día en que uno de sus pacientes llegó a la sesión mientras hacía un enlace en vivo, para contar a sus amigos sobre su cita con la psicóloga.
“Hay que reconocerle a las primeras generaciones que hablaron de su depresión, de su deseo de morir o de su identidad sexual porque abrieron camino para que otras personas se animaran a hablar sobre lo que pasaba”.
CIFRAS EN ROJO
SUICIDIOS EN MÉXICO
2017
6,494 casos
(5.3 por cada 100 mil habitantes)
2022
8,123 casos
(6.3 por cada 100 mil habitantes)
- 3.6 millones de mexicanos adultos viven con depresión
- 19.3% de la población adulta en el País vive con ansiedad severa
El aumento en la tasa de suicidios en hombres y mujeres es significativo. El año más crítico fue 2021 (segundo año de la pandemia por Covid-19), pues presentó la tasa más alta de suicidios: 10.9 hombres y 2.4 mujeres por cada 100 mil.
Fuente: INEGI