Más dosis... y más casos
En los primeros meses del año, el Gobierno de Sebastián Piñera presumió su exitosa campaña de vacunación: en apenas un mes, el 18 por ciento de la población había recibido al menos una dosis de la vacuna. Para finales de marzo, el porcentaje es de 34.9, un ritmo sólo superado por Israel, Seychelles y Emiratos Árabes Unidos.
Sin embargo, en los últimos días un aumento de los contagios ha dejado a las unidades de cuidados intensivos operando con pocas camas de sobra y el sistema en un punto límite. La semana pasada, Chile registró 7 mil 626 nuevos casos de Covid-19 en un solo día, un récord, y el ritmo de nuevas infecciones se ha duplicado en el último mes.
El principal hospital de la ciudad costeña de Valparaíso tuvo que abrir durante el fin de semana una nueva morgue, porque la que tienen está desbordada. Los funcionarios de salud de Chile identificaron casos de nuevas variantes que se detectaron por primera vez en Reino Unido y Brasil.
El aumento de los casos desencadenó una nueva serie de estrictas medidas de confinamiento que han restringido la movilidad de casi 14 millones de personas, el 97 por ciento del país. También obligó al Presidente a pedir el aplazamiento de las elecciones para la Asamblea Constituyente, que deberá reformar la carta magna de Chile.
'Falsa confianza'
Ante el avance en la vacunación Chile permitió la reapertura de gimnasios, iglesias, centros comerciales, restaurantes y hasta casinos. Incluso cuando los expertos pidieron precaución, el Gobierno se aferró a su plan de reabrir las escuelas el 1 de marzo.
A medida que la gente empezaba a moverse y a consumir con mayor facilidad, los médicos empezaron a preocuparse, sobre todo porque el gobierno no disponía de un sistema eficaz de rastreo de contactos.
“Esta situación la veíamos venir”, dijo Claudia Cortés, especialista en enfermedades infecciosas que dicta clases en la Universidad de Chile y ha estado tratando pacientes con Covid-19 en una clínica privada de Santiago. “Más de cuatro millones de personas se movieron a lo largo del país, lo cual hizo que la infección, que estaba concentrada en lugares grandes, se distribuyera por todo el país”.
Nadie duda que el proceso de vacunación ha sido un gran éxito. Pero se transmitió un falso mensaje a la ciudadanía de que, como ya estamos vacunando, se acaba la pandemia".
"No hubo un control y trazabilidad efectivos de las personas que llegaron al país. Muchas personas salieron de vacaciones fuera del país. Eso fue una medida muy equivocada”.Francisca Crispi, presidenta regional en Santiago del Colegio Médico de Chile
En el país también han resonado las palabras de Eric Feigl-Ding, epidemiólogo y especialista de Harvard que se volvió famoso en 2020 por advertir sobre el potencial pandémico del coronavirus.
Chile cometió un error crítico: su Gobierno alivió las restricciones a los viajes, los negocios y las escuelas demasiado pronto, creando una falsa sensación de confianza en que la pandemia había terminado".
Eric Feigl-Ding, epidemiólogo
La respuesta del Gobierno
El Ministro de Salud, Enrique Paris, ha defendido el sistema de permisos para vacacionar pero reconoció que el Gobierno debió haber sido más enfático al transmitir que el virus seguía siendo una gran amenaza cuando los chilenos se pusieron más displicentes en cuanto al uso de cubrebocas y las reuniones.
“El error quizás fue no haber tenido una comunicación de riesgo evidente para darle a la gente que tomó ese permiso la instrucción necesaria”, dijo a principios de marzo. Tras publicaciones de The New York Times y The Washington Post sobre el “exitismo” de Chile, el Ministro acusó una conspiración de la prensa internacional contra el país.
Una advertencia
El aumento de los casos, incluso cuando más de un tercio de la población chilena ha recibido al menos la primera dosis de una vacuna para la Covid-19, sirve de advertencia para otros países que esperan que las campañas de vacunación pongan fin rápidamente a las fronteras cerradas, las economías asediadas y el distanciamiento social.
Varios otros países de la región están teniendo dificultades para detener los contagios. En Brasil, los hospitales de varios estados tienen lista de espera para atender a los pacientes gravemente enfermos. Los médicos de Paraguay dicen que enfrentan escasez de medicamentos básicos cuando el virus avanza con velocidad.
Cuando las tasas de transmisión son altas, la vacuna no frena de inmediato las nuevas infecciones. Y con las nuevas variantes, que son más contagiosas, no es probable que veamos un gran impacto hasta que la gran mayoría de la población esté vacunada”.
Denise Garrett, epidemióloga del Instituto de Vacunas Sabin en Washington D.C.