Habitantes del noroeste de Estados Unidos sufrieron más penurias mientras una tormenta de nieve azotaba la región, amenazando con tornar peligrosas las carreteras montañosas y con dejar sin electricidad a muchos en medio de temperaturas muy bajas.

Gran parte de la región se encontraba bajo una alerta de tormenta de nieve, lo que prometía agravar los daños causados por una poderosa tormenta invernal que azotó algunas zonas de Estados Unidos el fin de semana.

En partes del suroeste del estado de Washington y del oeste de Oregon —incluidas sus tres ciudades más pobladas, Portland, Salem y Eugene— hubo capas de hielo de 6 a 25 milímetros (un cuarto de pulgada a una pulgada), mientras que se pronosticaba lluvia helada en el área metropolitana de Seattle.

Las escuelas suspendieron las clases, el servicio de autobús fue reducido y se abrieron albergues con calefacción mientras que las autoridades advertían de caminos peligrosos y la probabilidad de nuevos apagones, incluso cuando los equipos batallaban para restablecer el servicio de electricidad a miles de clientes que llevaban días sin luz.

En tanto, gran parte de Estados Unidos hace frente al clima frío que en algunos sitios puso en riesgo los suministros de electricidad. Las bajas temperaturas azotaron a las Montañas Rocosas, las Grandes Llanuras y la región del centro-norte de Estados Unidos, con una sensación térmica de -34.4 grados Celsius que se extendía hasta la zona media del Valle de Mississippi.

Las temperaturas gélidas se extendían hasta sitios tan al sur del país como el norte de Florida el miércoles por la mañana, dijo Bob Oravec, un meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional.

En Atlanta, la temperatura era de -11.1 grados el miércoles temprano, y miles de estudiantes apenas regresaban a las escuelas luego de que varios de los sistemas escolares más grandes de Georgia suspendieron las clases el martes a causa del clima frío que amenazaba a la región.

En Chicago, la temperatura era de -15 grados y en Detroit de -14.4, lo que hace que ambas ciudades sean mucho más frías que la capital de Alaska, Juneau, donde estaban a -7.8.

Nueva York y Filadelfia pusieron fin a una especie de sequía con la caída de una cantidad suficiente de nieve como para jugar en ambas ciudades.