
De acuerdo con la Universidad Columbia, en Estados Unidos, se le conoce como networking al proceso de realizar conexiones y construir relaciones a favor de la empleabilidad.
Estas alianzas, señala, pueden brindar orientación profesional, ayudar a tomar elecciones de carrera, atraer contactos relevantes y acceder a pasantías o empleos con poca difusión.
La casa de estudios, junto a la Escuela de Negocios de la Universidad de Edimburgo, la Universidad Concordia, la Universidad de Colorado Boulder y la Universidad Princeton dan consejos para iniciar a hacer networking.
Enlista tus conocidos

El primer paso para armar una red de contactos es identificar a las personas y autoridades universitarias con las que se tenga una buena relación.
Compañeros, docentes y directivos con los que hayas trabajado pueden fungir como testigos de tus capacidades académico-laborales. También pueden guiarte a una vacante profesional interesante si te consideran apto.
En este sentido, es recomendable enlistar a todos los individuos que puedan cumplir con lo anterior, así como a personas, líderes de opinión y empleadores con los que te gustaría familiarizarte.
LinkedIn, eventos de emprendimiento, ferias de reclutamiento, campañas de voluntariado y sitios para ex alumnos son algunas opciones para conectar con más personas.
Una vez hayas establecido contacto con ellos, asegúrate de presentarte y dar información clave sobre tu formación.
Prepara un discurso

Quedarse en silencio o ser demasiado tímido para interactuar con otros no ayuda a concretar relaciones profesionales.
Si tienes problemas para iniciar una charla o continuarla, practica con tus círculos cercanos y selecciona una serie de temas atractivos de los que puedas hablar.
Algunos elementos clave son:
+ Saludo: la formalidad dependerá de la persona con quien trates y el tipo de vínculo que te interesa forjar.
+ Introducción: informa a tu interlocutor quién eres, en dónde y qué estudiaste u otro dato tanto interesante como relevante sobre ti.
+ Petición: da a conocer el motivo del contacto de forma específica, clara y concisa.
Si la plática permite ver ademanes, recuerda cuidar tu lenguaje corporal para lucir como una persona accesible, como evitar cruzar los brazos y mantener contacto visual.
También puedes pensar preguntas inteligentes e interesantes por adelantado para motivar el diálogo o salir de un silencio incómodo.
Esto te hará distinguir y facilitarás que los demás se acuerden positivamente de su interacción.
Pregona tus metas

Cuando conozcas a nuevas personas, asegúrate de hallar el momento indicado para hablar de tus metas y objetivos tanto académicos como laborales.
Eso podría llevar la plática a nuevas oportunidades laborales o de aprendizaje.
Aprovecha tu estadía en la universidad para participar en grupos estudiantiles y realizar actividades extracurriculares, pues no sólo incrementarás tu número de contactos, sino también desarrollarás habilidades blandas demandadas por el mercado profesional.
Comunicación efectiva, trabajo en equipo, liderazgo y empatía son algunas de éstas.
Aprende a dar seguimiento

Así como es importante saber iniciar una conversación, también lo es saber terminarlas y darle seguimiento a la interacción con una persona.
En el primer caso, cuando la charla está llegando a su fin, lo más recomendable es agradecer a tu interlocutor por el tiempo brindado y solicitar algún método de contacto, como un número telefónico, un correo o su perfil de LinkedIn, para charlar después.
Cuando se busque retomar el contacto, puedes incluir un elemento de la charla anterior, volver a introducirte y sacar un tema de interés común.