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Correr o andar en bicicleta con un perro no sólo estrecha los lazos entre tutor y mascota, sino que contribuye a cuidar su salud porque ambos se ejercitan.

Al realizar cualquiera de estas actividades se deben tomar en cuenta medidas para garantizar el bienestar de los canes, de acuerdo con especialistas en comportamiento canino.

¿Qué perros pueden hacerlo?

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Algunos cachorros pueden correr, pero no es recomendable que salgan a la calle porque su coordinación está en desarrollo y sus esquemas de vacunación y desparasitación aún se encuentran incompletos, de acuerdo con Yunnuén E. Barrera, etóloga clínica de Vet-haviour, organización centrada en atener problemas del comportamiento.

Una vez que su coordinación sea excelente, cuente con todas sus vacunas y esté desparasitado puede comenzar a acostumbrarse a tales actividades físicas.

Los adultos mayores (generalmente a partir de los 7 años de edad) tampoco deberían esforzarse de más, sobre todo si presentan problemas en sus articulaciones o caderas.

Algunas razas se adaptan mejor a ejercitarse con sus tutores, como las de trabajo. Los canes de razas braquicéfalas (tienen hocicos cortos y rostros planos) suelen ser menos activos porque enfrentan dificultades para respirar. No están impedidos para el ejercicio, pero debe ser poco extenuante.

¿Cómo prepararse?

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Al igual que las personas, los perros primero deben acostumbrarse a estas actividades físicas, cuenta Sofía R. Viniegra, coordinadora de la especialidad en Etología Clínica de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM.

Con respecto a correr, un paso inicial es que se familiaricen con el equipo a utilizar, como arnés y correa elástica. Lo ideal es comenzar caminando y, poco a poco, aumentar la velocidad.

Sobre la bici, lo ideal es caminar junto a ella para que pueda conocerla bien la mascota, dado que es común que le tengan miedo.

Después hay que subirse, pedalear lento y seguir el ritmo del can. Inicialmente se sugieren paseos de 10 a 15 minutos. Con el paso del tiempo se puede incrementar el tiempo y la velocidad.

Ambas etólogas recomiendan que un médico veterinario evalúe la salud del animal de compañía para verificar que sea apto para este tipo de ejercicio.

¿Cómo elegir rutas?

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A decir de Barrera, los perros no braquicéfalos toleran sin problemas temperaturas de hasta 24 grados centígrados. Más arriba es necesario extremar precauciones.

Recomienda colocar la mano sobre el suelo para verificar qué tan caliente está porque una superficie muy cálida puede quemar las patas de los perros. Por encima de los 32 grados centígrados aconseja no sacarlos.

Mientras está lloviendo tampoco se recomienda salir para evitar mojarse, situación que a veces propicia enfermedades. Si deciden aventurarse, hay que buscar rutas con techos para que las mascotas se resguarden.

Al volver a casa, revisar y secarles por completo sus patitas es esencial para prevenir el crecimiento de patógenos.

Viniegra, socia fundadora de Eican, exhorta a los tutores a recorrer calles secundarias, no vías principales, con el objetivo de aminorar la exposición al tráfico, al ruido y a las aglomeraciones. Por el mismo motivo hay que hacerlo en horarios poco concurridos.

De ser posible, que las rutas incluyan tramos de arena, cubierta vegetal o tierra para minimizar el riesgo de irritación debido a correr sobre asfalto.

¿Qué se necesita?

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  • Correa elástica para evitar jalones fuertes. Otra opción son las de senderismo. Barrera desaconseja las retráctiles porque puede descomponerse su mecanismo y son más difíciles de manejar.
  • Arnés o pechera. De preferencia, que sean de materiales reflejantes. No se aconseja usar collar en estas actividades, dado que podrían ocasionar problemas en el cuello de los canes.
  • Barra o extensión con amortiguador para bicicleta. Son aditamentos que separan la correa de la bicicleta para mantener una distancia con el perro y prevenir accidentes. También amortigua los tirones.
  • Cinturón o correa de manos libres. Ciertas personas prefieren correr con estos instrumentos alrededor de su cintura para mantener libres sus manos. Con frecuencia son reflejantes y poseen bolsitas.
  • Zapatos para perros. Algunos canes son hipersensibles a ciertos elementos del ambiente, como el pasto, así que son candidatos a usar zapatos para pisar sin problema esas superficies. Se deben colocar por poco tiempo al principio y, gradualmente, aumentar el período de uso.
  • Agua. Sólo pueden beber pequeñas cantidades. Correr después de beber mucho puede causar torsión gástrica, situación que llega a poner en peligro la vida de los perros. Como alternativa, existen bebidas con electrolitos para canes, que tampoco deben tomarse en grandes cantidades.
  • Premios. Únicamente en cantidades minúsculas (una o dos croquetas, por ejemplo) mientras se ejercitan para evitar problemas de salud.
  • Bolsas para recoger heces.

¿Qué hacer en el paseo?

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Can y humano deben calentar antes de correr o andar en bici. Algunos ejercicios sencillos para perros son caminar alrededor o entre las piernas del tutor, así como sentarse y levantarse.

Se comienza de manera lenta y, progresivamente, aumenta la intensidad. Ambas expertas aconsejan seguir el ritmo del perro para no sobreesforzarlo.

Hay que hacer pausas que permitan al animal descansar y beber muy poca agua. A veces también se detienen a olfatear cosas.

Además, es necesario estar pendientes ante cualquier comportamiento inusual, que podría indicar problemas como elementos enterrados en las patas.

Jadear es normal en los perros durante y después de ejercitarse. Su lengua suele verse relajada. Un signo de alerta médica es que el jadeo no ceda después de 10 minutos.

Otro punto importante es recoger las heces de los animales.

¿Qué hacer después del paseo?

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Cuando están cansados, los perros disminuyen su velocidad, su jadeo se identifica y comienzan a buscar fuentes de agua. Si esto ocurre, es momento de parar.

Ahora sí pueden beber más agua y comer algún bocadillo para recuperar fuerzas.

Una vez en casa, sus patas deben ser lavadas con agua y jabón. No hay que olvidar secarlas completamente y verificar que nada se haya enterrado.

Si algo llegó a enterrarse, lo ideal es limpiar la herida para retirar el elemento incrustado, siempre que el animal soporte esta manipulación. Heridas muy profundas pueden requerir antibióticos o antisépticos tras ser valoradas por médicos veterinarios.

Opcionalmente se pueden aplicar bálsamos, cremas o ungüentos humectantes para proteger y reparar la piel dañada de las almohadillas de los canes.

¿Y si no quieren salir?

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Al igual que ciertas personas, algunos perros no disfrutan las actividades en exteriores. Si se esconden, tienen sus orejas y cola hacia abajo y es visible la parte blanca de sus ojos quiere decir que no gustan de esas actividades, coinciden Barrera y Viniegra.

A veces es por miedo a los estímulos al aire libre, como ruidos, luces, vehículos e incluso otros animales. Un etólogo puede diagnosticar y tratar este tipo de fobias. En otras ocasiones simplemente es porque prefieren estar en casa.

Con el fin de activar físicamente a este tipo de mascotas, sus tutores pueden enseñarlos a andar en caminadoras, jugar a recoger la pelota o jalar cuerdas. Cualquier juego físico ayuda a evitar el sedentarismo.

Con información de Chris Bennett, Global Head Coach de Nike Running
Edición: Tonatiúh Rubín
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