Sirviéndose de la fantasía, el terror y el ensueño como ejes temáticos, un grupo de artistas contemporáneos presentó la muestra “Ciudad de Dios: La Lucha no Para”, la cual retrata las duras similitudes entre México y Brasil con obras que abordan problemáticas sociales como la marginación y delincuencia.
“Los latinoamericanos compartimos heridas que unen nuestros contextos y en esta muestra encontramos fotografías e ilustraciones que expresan cómo es la vida en los barrios populares de ambos países”, comentó Samuel Reyes, curador.
Ubicada en una galería de la Colonia Escandón, la idea de “Ciudad de Dios: La Lucha no Para”, surgió como parte de una campaña promocional para la serie homónima de una conocida plataforma de streaming, la cual continúa la historia de la película de Fernando Meirelles y Kátia Lund, estrenada en 2002.
El proyecto reúne el talento de ocho autores que reinterpretaron escenas clave de la producción, como lo hizo el fotógrafo y videógrafo David Muñiz, quien presentó su colección “Colores que Cuentan Historias”, en la que retrata la vida en la demarcación Gabriel Hernández, al norte de la Ciudad de México.
Estas obras tienen muchísima propuesta detrás y la técnica de sus autores es insuperable; definitivamente, estamos frente a una generación de creativos que está triunfando”.
“Elegí este lugar porque sus viviendas se asemejan a las favelas de Río de Janeiro, además de estar relacionadas con la historia del fotoperiodista de la serie, quien captura la cruda realidad de su entorno”, expresó el joven creativo, de 26 años.
Durante la inauguración de “Ciudad de Dios: La Lucha no Para”, los asistentes recorrieron la exhibición mientras disfrutaban de cervezas artesanales y música de un DJ en vivo, rodeados de un ambiente vibrante que les permitió conectar con las diversas obras expuestas.
“Me pareció fascinante cómo fueron retratados los barrios marginados a modo de evidenciar la similitud que tenemos con los pueblos de Iberoamérica, donde parece ser que las condiciones continúan siendo las mismas, a pesar del transcurso del tiempo”, dijo Rodrigo Saldívar, mercadólogo.
Me parece una experiencia muy buena que honra la realidad que se vive en los territorios latinoamericanos”.