‘No me dejes...’

Pedro, entonces de 6 años, llevaba un mes viviendo con su familia de acogimiento cuando presentó una crisis. No dejaba de llorar, gritar y golpear objetos.

Poco a poco el niño fue calmándose y se metió bajo una mesa.  “Me hinqué y le dije: ‘¿te puedo abrazar?’”, comparte Miriam Alcántara, quien junto con su esposo Arnulfo Sandoval, le abrieron su hogar a Pedro en agosto del 2020.

Recordar esos momentos conmueve a la pareja.

“El niño me abrazó, me abrazó mucho, y me llena mucho de nostalgia porque vi la necesidad que tenía él. Me dijo: ‘no me dejes’. Y le dije: ‘hijo, jamás te voy a dejar, yo decidí caminar contigo’”.

Pedro, hoy de 8 años, fue un bebé que creció con fuertes carencias alimentarias y emocionales. Tenía 4 años cuando su casa se incendió y estaba solo adentro.

Miriam y Arnulfo tienen cuatro hijos biológicos.

“¿Cuántos hogares hay en todo Nuevo León y cuántos niños están aquí (en espera de una familia de acogimiento)?”, expresa Miriam. 

“A veces pensamos: ‘no, es que me da miedo’. Pero créanme que vale muchísimo la pena. Fácil no es, pero el amor que ellos tienen lo supera todo”.

Sí, el camino es arduo, pero está lleno de satisfacciones.

Mucho amor en casa

Sonia Caballero quedó impactada cuando le presentaron la historia de Esteban, entonces de 1 año de edad.

“Llegó a Capullos muy pequeño, su pronóstico era que él viviría un mes”, recuerda Sonia, de 54 años, casada y mamá biológica de dos hijos de 28 y 21 años.

Esteban tiene un síndrome llamado 18q, muy poco común y que provoca anomalías neuromusculares, oftalmológicas y endocrinas.

Ella supo del programa Familias de Acogimiento por familiares, y sintió que aún tenía mucho amor maternal para dar.

Ése fue su motor para aceptar a Esteban, hoy de 9 años, pese a las fuertes complicaciones de salud del menor.

Lleva ocho años dándole hogar. En este tiempo, el chico ha necesitado ocho cirugías y toda la familia lo motiva a seguir luchando.

“Si llega un momento que me dijeran: ‘se termina, el niño va a otro proceso’, yo lloraría como siempre lo dije”, dice Sonia.

“Pero tendría una gran satisfacción: que ese tiempo que vivió en nuestra casa aprendió a sentarse a la mesa, a decir ‘gracias’, a tener amor por Dios. Ésa era mi misión”.

Por su felicidad

Paco tiene 10 años y vive con fibrosis quística, trastorno progresivo que daña pulmones, sistema digestivo y otros órganos.

Llegó desnutrido y con varios internamientos hospitalarios al Centro Capullos del DIF estatal. Tenía 1 año y cuatro meses.

Rocío Cabrera, pediatra de 54 años que trabaja en Capullos desde su apertura en 2003, ha sido testigo de muchas historias de niños enfermos o con discapacidad que pasan años en el albergue.

Muchos de esos niños que llegan con problemas no fácilmente se los lleva una familia”, dice, quien es mamá de cuatro hijos biológicos y entró a Familias de Acogimiento para darle hogar a uno de esos menores.

“Él sabe que salió de Capullos. Me dice: ‘¿ustedes me escogieron?’, y yo le digo: ‘Sí, porque queremos que seas feliz’”.

Paco lleva ocho años viviendo en su casa y entre toda la familia lo ayudan con su tratamiento, consultas y medicamentos.

“Hay muchos diagnósticos de niños, incluso más graves, con microcefalia, parálisis cerebral, y yo que trabajo aquí he visto familias que se los llevan y los niños mejoran demasiado: se ve el amor”, dice Rocío.

Gran regalo

La pequeña Diana llegó a transformar la vida de Marbella Hernández y Jaime Vega en diciembre de 2017. La niña tenía 1 año y medio.

“Se oye como algo cursi, pero el amor transforma”, dice Jaime. Llevaban 23 años de casados, sin hijos.

Marbella se interesó en el programa Familias de Acogimiento y Jaime reconoce que al principio accedió sólo por apoyarla.

“Ahora la niña es mi vida, mi adoración, mi compañera”, comparte.

Su esposa luchó por mejorar la salud de Diana, hoy de 6 años. Pensaron que tenía autismo, luego la diagnosticaron síndrome de DiGeorge, que provoca un desarrollo insuficiente en varios sistemas del cuerpo.

Hace dos meses, Marbella falleció sorpresivamente a los 51 años por problemas cardiacos. Jaime, también de 51, no dudó en continuar cuidándola. Tiene fuertes redes de apoyo con su familia.

“Vino a ser el regalo que quizá Marbella me hizo para no quedarme solo”, dice. “El amor se te multiplica con un chorro de bendiciones.

“A mí me cambió tanto que ahorita estoy haciendo una asociación civil a nombre de ellas dos para ayudar a niños con autismo”.

Todo por ella

Marcela era una bebé de sólo 33 días de nacida cuando la recibieron.

Una semana antes, el equipo de Back2Back México les propuso a Jazmín García y Ricardo Cortez llevarse a esta pequeña en acogimiento familiar.

Tuvieron amigos que de inmediato los ayudaron a equiparse con muebles, artículos y ropa para bebé.

En el programa Familias de Acogimiento, cuando son recién nacidos, no hay un proceso de integración. Son entregados de inmediato a las familias certificadas.

La nena ya tiene 1 año y 10 meses. Se desarrolla saludablemente.

Su mamá biológica está internada en un penal.

“Está la incertidumbre de que en cualquier momento puede acabar, pero es más beneficioso saber que hiciste algo por ella”, expresa Ricardo, de 42 años.

“Ese es el beneficio de nosotros, que ella puede tener una preparación más adecuada”.

No tienen hijos biológicos. Jazmín, de 36 años, fue voluntaria en Back2Back y conoció este programa.

“Al final, es dejar de lado mis sentimientos o mi dolor de la pérdida, es pensar en lo que podemos dejar en la vida de un niño para siempre”.

Contacto

Si deseas apoyar a un niño o niña a través del programa Familias de Acogimiento solicita información en:

 

Centro Capullos del DIF Nuevo León

– Tel. 812-020-8517 y 8518

– Valparaíso 801, Col. Jardines de La Pastora, Guadalupe

 

Casa Paterna La Gran Familia

– Tels. 818-266-0060 y 818-266-0061

– Carretera Nacional km 225, Los Rodríguez, Santiago.

 

Back2Back México

– Tel. 812-585-7012

– Tampico 218, Col. Las Brisas, primer sector