Sus orígenes

La historia comenzó en un local por la Calle Humboldt, cerca del Hospital Civil; donde su fundadora, Carmen Mancilla de Partida, establecía en un rinconcito solo una mesa y cuatro equipales. En ese entonces, el alcohol del 96 con refresco de cola era el hit.

Mujeres a la batuta

Un 8 de febrero de 1920, Los Famosos Equipales se fueron consolidando, cuando se mudaron a la esquina de Angulo y González Ortega, e incluyeron destilados y licores en la carta.

Sin embargo, debido a la apertura de una escuela por la zona, tuvieron que buscar un nuevo domicilio, y desde 1945 el número 710 de la Calle Juan Álvarez, albergó al pintoresco recoveco tapatío.

Trascendió por generaciones

Desde 2009, las hermanas Catalina, Elena y Luisa, estuvieron al frente de la barra. Ellas vieron el desfile de personalidades como las cantantes Hermanas Águila, el locutor Paco Malgesto y hasta el compositor Agustín Lara, quien dejó una foto autografiada entre las imágenes enmarcadas de equipos de futbol, tauromaquia y box que forraban las paredes.

Nalgas Alegres, su bebida emblema

Un grupo de amigos, entre ellos el papá de las últimas propietarias, se juntaba a experimentar con las bebidas y, sin pretenderlo, dieron origen al elíxir bautizado como “Nalgas Alegres”, una peculiar combinación de ginebra, ron, vino tinto, limón y refresco de naranja que se volvió emblema.

Reconocimiento internacional

En 2010, la banda británica de hip hop experimental Massive Attack se dio cita en la cantina, y por su puesto que sus integrantes conocieron las Nalgas Alegres. 

Mejor que en casa

Un aspecto característico de este legendario rincón tapatío fue su ambiente familiar, y José Refugio González Silva, mejor conocido como “Cuco”, es el mesero que siempre antendía con calidez y buen trato.

Las botanas no paraban de llegar

Tacos dorados de frijol, coronados con una rebanada de panela; tostadas de panela, pierna o cuernitos y hasta sopa de médula, guisos y otras delicias llegaban a la mesa al ritmo de los tragos que el cliente pedía. 

"Veneno mata veneno"

Además de llevar a los tapatíos hasta el mood de fiesta, también ofrecían el remedio contra los estragos de la juerga: el batido, una mezcla de agua mineral, hielo, limón, vodka y jarabe natural.

Información: Viridiana Muñoz. Fotos: Archivo MURAL.