Encanto natural
Una nívea alfombra cubre las calles de una acogedora población. Tras fotogénicas fachadas el visitante halla boutiques, restaurantes y lodges. Las vías del tren, también nevadas, le suman un halo poético al panorama. Y el trato cordial de los lugareños inspira a los viajeros a tomarse el tiempo justo y necesario para practicar el slow travel e ir descubriendo -a ritmo lento- las maravillas que regala esta pequeña población y sus alrededores.
Hace tiempo que Jasper dejó de ser el pueblito-dormitorio en que los turistas pasaban sólo una noche en su recorrido por Alberta.
Los viajeros de hoy, además de elegirlo como sitio base para desde ahí lanzarse a explorar los bellos rincones del Parque Nacional de Jasper, deciden pasar algunos días de sus vacaciones y descubrir los atractivos que resguarda. Entre ellos está su histórica oficina de correos y la estación donde suele parar el emblemático Rocky Mountaineer, tren que regala memorables vistas de las Montañas Rocosas.



Esta población debe su nombre a Jasper Hawes, quien fuera empleado de la North West Company. Otros detalles del destino se hallan en The Jasper Yellowhead Museum. Pero lo que realmente fascina es caminar, sin rumbo ni mapa, por las apacibles calles.
Una a una van apareciendo las casas con rejas diminutas que permiten husmear la vida cotidiana que transcurre en sus nevados jardines. Por ahí se ve una escuela que en lugar de paredes tiene mallas protectoras que permiten que los niños sigan viendo las montañas mientras estudian o juegan. Más allá se observa un encantador librero a mitad de calle que, haciendo las veces de una biblioteca pública, invita a los viandantes a intercambiar libros y a sentarse en una banca contigua para leer con vista a un inconmensurable paisaje, también nevado.
No por pequeña y serena Jasper deja de tener excelentes opciones culinarias y para hacer compras. Hay desde tiendas especializadas en turismo de aventura que venden chamarras, botas de nieve y todo lo indispensable para gozar de montañas; hasta tiendas de souvenirs que venden tazas, playeras e imanes tatuados con Jasper the Bear, el icónico osito del poblado.
Nadie debe perderse de entrar a las pequeñas boutiques en donde se venden desde cosméticos de origen orgánico hasta joyería, zapatos y creaciones de diseñadores canadienses contemporáneos.



A la hora en la que llega el apetito también hay deliciosas opciones: The Raven Bistro, Famoso Neapolitan Pizzeria y Terra. O qué tal saborear un café en el que es quizá el más encantador de la cadena Tim Hortons y se ubica en la plaza Patricia Square.
Incluso con su ambiente tranquilo, Jasper ofrece alternativas para los amantes de la vida nocturna. Cervezas artesanales y música no faltan en Jasper Brewing Co. o De’d Dog Bar & Grill.
Al elegir dónde pasar la noche, por supuesto que llama la atención el menú del spa y los lujos del Fairmont Jasper Park Lodge. Pero también se antoja hospedarse en chalets, bed & breakfast, bungalows, villas alpinas o lodges como el Lobstick Lodge o el Forest Park Hotel.
JOYAS DE LA NATURALEZA
Al combinar el lujo del slow travel con el turismo de aventura se logra una travesía perfecta, así que vale la pena recurrir con los expertos de SunDog Tours, quienes organizan recorridos guiados por la zona. Además de su excelente asesoría, brindan el equipo necesario para obtener descargas de adrenalina sin riesgo.
Uno de los imperdibles que hay que conocer por la zona es el Cañón Maligne. Al realizar un trekking, con calzado especializado para no sufrir resbalones, es posible llegar al lecho congelado del cañón. Desde algunas partes de la ruta se ve cómo otros viajeros más experimentados realizan escalada en hielo en las cascadas congeladas.
Otro hermoso paraje donde los trotamundos hacen una parada obligada es Medicine Lake, un caprichoso lago que emerge o se ausenta, según la temporada, y es una de las estrellas del Parque Nacional de Jasper, en Alberta.
Los habitantes de las Primeras Naciones le dieron el nombre de Medicine, por creer que sus aguas tenían propiedades curativas y que ciertos espíritus ancestrales alteraban dramáticamente su nivel de agua.
Lo primero sigue siendo leyenda, para lo segundo la ciencia tiene una explicación menos mágica: el río llamado Maligne vierte sus aguas por el lado sur del lago para luego fluir a través de sumideros y un sistema subterráneo de cavernas hasta llegar a un cañón con el que comparte nombre.
En verano, al agua del lago se le suma la del deshielo de las montañas, entonces rebasa la capacidad de los sumideros y provoca que el Medicine se vea rebosante. A finales de otoño, los pozos drenan el agua del lago más rápido de lo que el río puede llenarlo, y entonces el Medicine “desaparece” y, en invierno, el sitio está cubierto por un espectacular manto de nieve.
Por otro lado, el Maligne Lake y la Isla Spirit que ahí se encuentra, también tienen una famosa historia. Cuenta la leyenda que ahí se reunían dos amantes de tribus enemigas. Cansada de esconderse, ella le habló a su padre sobre sus encuentros ilícitos y, como era de esperarse, le prohibieron volver al sitio. Su fiel amante la esperó y esperó hasta que un día murió desconsolado. Hoy en día hasta ahí llegan parejas de enamorados para jurarse amor.
Los anteriores son tan sólo algunos ejemplos, pero esta provincia canadiense invita a andar por los senderos de su espectacular parque y recorre sus carreteras escénicas. Obligatorio es detenerse a admirar con calma los paisajes y reconocer que estos últimos son la mejor medicina para curarse de esa contagiosa enfermedad llamada prisa.



DANZAS EN EL CIELO
Además de su gran riqueza natural, el Parque Nacional de Jasper es una Reserva de Cielo Oscuro (Dark Sky Preserve) y, al estar libre de contaminación lumínica, es ideal para los amantes del turismo astronómico.
Imperdible es visitar Jasper Planetarium, en el Fairmont Jasper Park Lodge. Los expertos del planetario comparten con los fanáticos del stargazing, historias sobre meteoritos y constelaciones. Con un poco de suerte, el viajero puede vivir el lujo de avistar las hermosas auroras boreales. Más inspiración aquí.



Edición: Patricia Miranda / Enviada | Diseño: Marisol Núñez
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