Estas obras constan de un cuerpo de trabajo escultórico completamente nuevo, el cual investiga nuevas estrategias formales que proponen un intrínseco vínculo entre la escultura y la construcción urbana; Almanza aprovecha las cualidades brutalistas del concreto y las clásicas de la cantera para crear estructuras que subvierten no solo jerarquías arquitectónicas y decorativas, sino emocionales y esculturales, involucrando las expectativas y el sentido común del espectador.