Alejandro Pintado tiene claro su objetivo en la vida: servir y ser útil para todos los que lo rodean, además de cumplir con la regla de oro de tratar a las personas con respeto, justicia, confianza y afecto. Para el directivo también es imprescindible buscar una vida en equilibrio, en la que el trabajo no pese más que la salud, el descanso y el tiempo de calidad que se pasa con los seres queridos.

Tras 17 años de participar en el Comité Ejecutivo de Grupo Bimbo, y cinco de ser el director general de Barcel, Alejandro no solo busca generar buenos resultados financieros, sino impulsar a diario a las personas que colaboran en la compañía, con el fin de que todos logren desarrollar su máximo potencial.

Servir y ser útil

¿Qué hábitos tienes para alcanzar tu bienestar como alto directivo?

El más grande de mis hábitos como directivo es tener claro qué cosas no puedo dejar de perseguir semanalmente. Muchas de ellas tienen que ver con el negocio y las metas que debo perseguir para seguir asegurando su sustentabilidad y rentabilidad, como, por ejemplo, proyectos de eficiencia operativa o de transformación que nos deben llevar a alcanzar nuestro máximo potencial.

Y sumo dos, que son un granito de harina para hacer un mundo mejor. El primero es crecer la participación de la mujer en el trabajo y el segundo es incorporar personas con alguna discapacidad en las funciones de la empresa en todo el país.

Eso equilibra mi gestión semanal y me deja tranquilo porque son acciones que concuerdan con la filosofía de Grupo Bimbo, la filosofía de construir una empresa sustentable, altamente productiva y plenamente humana.

¿Qué significa para ti ser un líder?

La empresa nace para servir a personas fuera de la empresa (a los consumidores) y a personas que estamos dentro de ella. Los colaboradores los llamamos así porque son personas con potencial y talento que transforman los bienes en desarrollo y crecimiento en beneficio de todos. Las personas con posición de liderazgo debemos tomar esta tarea como fundamental en nuestro rol diario. Con esa responsabilidad gestionamos día a día, sirviendo gente, fuera y dentro.

¿Consideras que eres un ejemplo a seguir para los más jóvenes en tu equipo de trabajo?

Todos los que tenemos un puesto de liderazgo dentro de Grupo Bimbo queremos ser percibidos como agentes de bien, que inspiramos y lideramos con el ejemplo, donde nuestra filosofía dicta nuestras acciones poniendo siempre a la persona al centro de todo lo que hacemos. Y aunque esta pregunta sin duda la deben responder los colaboradores, sí que aspiro a que intenten tomar con éxito un rol de liderazgo económico y de mercado acompañado de un crecimiento humano de sus equipos. Espero que el ejemplo de los líderes Bimbo estimule a los jóvenes.

¿Admirabas a algún personaje o figura cuando eras joven? ¿Hay algún aprendizaje que éste te haya dejado?

Me gusta mucho el fútbol. En los años 70 el equipo de Holanda, liderado por Johan Cruyff, cambió el fútbol. De ser lateral, lento y pausado, pasó a ser vertical, en el límite del control y logrando dar el máximo en cada jugada.

Me gusta la vida así. El futuro es una posibilidad de mejora. Hay que verlo así: trabajar como equipo para lograr ser mejores, más ágiles y efectivos, probando métodos e ideas de todos, buscando el éxito ágilmente.

A 40 años de ello, sigo pensando que el vértigo te hace sentir si estás en el límite de lograr algo mejor. Y así, uno puede transformar formas de pensar y trabajar para llegar a lugares antes no visitados.

¿Tienes algunas reglas no negociables en tu vida personal?

Me voy a jubilar a los 65-67 años y viviré hasta los 100. Debo desarrollar activos de tres tipos para esos años de la vida:

1) Activos tangibles: un techo y fondo de retiro para que mis hijos usen sus ingresos para ellos y sus familias, no para mí.
2) Activos productivos: que me permitan ser útil para cosas en ese tercio de la vida. Para ello debo generar relaciones, experiencias y reputación para que me inviten en el futuro a ayudar en algunas causas.
3) Activos de vitalidad que me tengan bien en cuerpo y mente:
• Salud: comer bien y mantenerme activo.
• Amistades regenerativas: ir conociendo cada vez más gente a la que mis pensamientos desafíen y enriquezcan, de la misma forma que a mí me enriquecerán y desafiarán sus pensamientos y conocimientos.

¿Tienes alguna regla no negociable
en tu vida profesional?

En el trabajo pienso que hay que tener un poco de paciencia al buscar logros económicos y muy poca paciencia al buscar logros sociales. Me explico.

Para lograr mejorar hay que transformarnos y por ello hay que promover el cambio. En lo económico, el capital tiene riesgo y debemos aceptar que no está seguro todo si se busca mejorar. No todas las pruebas funcionan y de todas se debe aprender. Hay que tener un poco de paciencia en este esfuerzo.

Pero en lo social debemos tener poca paciencia cuando algo sale mal. Hay que tratar a todos bien, algo que en Bimbo llamamos La Regla de Oro: con respeto, justicia, confianza y afecto.

¿Has tenido algún punto de quiebre en el que hayas considerado dejar tu puesto o seguir otro camino?

Aunque a lo largo de mi carrera profesional me han llegado oportunidades de otras empresas, cuando analizo a profundidad su cultura o liderazgos, me doy cuenta que muchas veces no empatizamos y no comulgamos en las visiones que en esta entrevista he dado. Grupo Bimbo es una empresa mexicana con casi 80 años de historia, con una cultura muy arraigada que hace sentir a todos sus colaboradores como parte de una gran familia. El Grupo valora integralmente a la persona, me hace feliz, completo.

¿Cómo buscas ser recordado en tu paso por la compañía?

Quisiera ser recordado así: “Sí que lo conocí, él me ayudó en tal cosa que me sirvió mucho para crecer”. Mi máximo ideal es ser útil para mis seres queridos, mis compañeras y compañeros de trabajo y para el mundo.

Edición: Arely Sánchez | Diseño: Marisol Núñez

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