
Las palomitas fueron el complemento perfecto para una muestra de cine judío en el que integrantes de la comunidad encontraron en el arte, un motivo para reflexionar sobre sus raíces y su relación con la espiritualidad.
“El valor que tiene una temática como ésta es que el público se da cuenta de que sí se puede conectar con esta religión a través de algo artístico; me he reconciliado con mi ‘jude pride’ y es padrísimo”, comentó Fredel Saed, comunicóloga audiovisual y organizadora de la muestra de cine judío.
El filme proyectado fue “El Año que Dejamos de Jugar”, de la directora alemana Caroline Link, el cual tomó el contexto de la década de los 30, en Berlín, durante el momento en el que Hitler asumió el poder, lo cual retrata por medio de una perspectiva única


“Aborda la problemática que vivió la familia de un periodista judío, opositor al régimen nazi, al migrar a diversos países europeos, visto a través de la inocente mirada de su hija pequeña, quien no entiende por qué abandonan cada sitio al que llegan. ¡Es una estupenda cinta!”, platicó Vivian Silberstein, conductora de televisión.
Al término de la función de la muestra judía, los asistentes compartieron las emociones que esta película les evocó y lo que se llevaron a casa.
“Me sentí muy conmovida, tiene un abordaje muy ameno y nos deja una sensación de paz, que hoy en día es muy importante”, opinó Nicole Katzew, actriz y directora del séptimo arte.

El cine te permite conocer otras culturas, adentrarte en nuevos mundos y comprender qué hay más allá de lo que vives”.
FREDEL SAED, comunicóloga

Sin embargo, entre la audiencia, hubo quienes se confrontaron con sensaciones difíciles de digerir ante lo mostrado en la pantalla grande.
“Tuve un nudo en la garganta, sentí la impotencia de saber que al final, como judío, nunca podremos estar tranquilos en lo que creemos que es nuestro hogar”, expresó Alex Tacher, creador de contenido y quien formó parte del público de la muestra de cine judío.