En noviembre del año pasado, Ana Girault y su esposo, Omer Cohen, le dieron la bienvenida a su primera hija, a quien nombraron Bar.

A pesar de que ella vivió su embarazo y se convirtió en madre en tiempos de pandemia, comparte que no todo fue malo y que, al contrario, rescata muchas cosas de esa situación.

“Como teníamos que estar encerrados la disfruté al triple, porque no había planes ni eventos a los que tuviera que ir; estuvimos juntas todo el tiempo y aproveché muchísimo cada segundo y momento”, detalló la Miss World México 2016.

Reconoce que a pesar de dar un gran paso en su vida con esta nueva faceta, se considera una persona relajada que recibe ayuda de sus amigas que tienen hijos, lo que hace que se sienta calmada y que esté consciente de que no es necesario saberlo todo.

“Vamos un día a la vez, aprendiendo, conociéndonos y me enamoro de ella un poco más todos los días”, comentó la también modelo internacional.

Entre sus planes favoritos con Bar se encuentra la hora del baño, ya que al estar en contacto con el agua ríe mucho, nada y patalea, por lo que en todo momento está alegre.

Por otro lado, la describe como una niña tranquila y que casi no llora, feliz, paciente y que nunca ha tenido un ataque de llanto. También, muy social, ya que le encanta estar rodeada de gente, que la carguen y jueguen con ella; sin embargo, tiene una cualidad que destaca de todas las anteriores.

“Es muy independiente, le gusta estar solita en su gym, patalear e interactuar con sus juguetes y siempre ha sido muy observadora, me recuerda mucho a mi esposo, porque ella como que te estudia y pareciera que indaga en ti”, compartió la egresada de la Universidad Iberoamericana.

“Todos los días practico ser una súper mamá, y con esto me refiero a lo que está en mis posibilidades. Lo más importante es que no te compares con otras, que hagas lo que te funcione, la gente siempre te da consejos y es lindo, pero, al final, trato de escuchar a mi sentido común”.

Actualmente, “Baby B”, como la llama de cariño, ya come sólidos, pero no ha descuidado la fase de la lactancia, con la cual ha creado una relación estrecha madre e hija y que explica no experimentará de nuevo a menos que tenga otro hijo.

“Se crea una conexión muy padre al lactar, es un vínculo como ningún otro y soy muy afortunada de que me haya ido bien en este proceso que no es fácil; ver cómo crece cuando ella come de mí es algo muy increíble”, relató la comunicóloga.

Entre los aprendizajes que ha recibido en este tiempo, recuerda que su mamá le decía que cuando ella era chiquita sabía exactamente qué tenía, a lo que ella le respondía que eso era ridículo, pero, ahora, entiende a la perfección sus palabras e identifica las necesidades de su nena, aunque hay ocasiones en las que no tiene idea de qué pasa.

“Los dos primeros meses no fueron nada sencillos, pero ahora ya distingo bastante bien cuando tiene hambre, sueño, calor, cansancio o si está irritable puedo decir que es porque no ha dormido bien”, platicó la instagrammer de la cuenta @mommygotreal, donde comparte consejos sobre embarazo.

En cuanto al tema de a quién se parece “Baby B”, Ana platicó que hace poco vio sus fotos de bebé y encontró gran parecido, aunque hay días que piensa que es igual a su papá, o, en ocasiones, le han comentado que es la mezcla perfecta entre ambos e, inclusive, que tiene similitudes con su hermana, Regina.

Debido a lo anterior, uno de los regalos más bonitos que la vida le dio fue el tener dos hermanas, por lo que no duda en convertirse nuevamente en mamá en el futuro.

“No puedo imaginarme no darle eso, ojalá Dios quiera y todo esté bien para que pueda tener hermanos. A mí me gustarían tres, se me hace un buen número, aunque a mi esposo le gustarían cuatro; nos gusta ser papás jóvenes y no queremos esperar tanto para el segundo”, dijo Ana, de 29 años de edad.

Desde antes de comprometerse, Ana y Omer sabían cuál sería el nombre de su primer bebé, ya que Bar, al ser de origen israelí, es ideal tanto para hombres como mujeres.

“Tiene muchos significados, pero mi favorito es ‘salvaje’ porque siento que es un nombre fuerte, con mucha personalidad y original; me encanta que impone y la describe a ella, porque desde que estaba embarazada me la imaginaba así, fuerte, poderosa, independiente y líder”, confesó.

El llamar a su hija “Baby B” se debe a una costumbre del judaísmo, pues existe un término en hebreo que se interpreta como: “Si Dios lo permite”, ya que, antes de cantar victoria, primero debe suceder y, por ello, el nombre real no se revela hasta qué nace el bebé.

Todos los días, Ana no deja de sorprenderse por las acciones de su esposo, Omer, quien la hace sentir afortunada por todo el amor y atenciones que tiene con ellas. ‘Frankie’, la mascota de la familia, también ha hecho buena mancuerna con la bebé.

“Me encanta ser mamá, esto y enloquecida y enamorada de mi bebé; no puedo creer que ya va a cumplir 6 meses, así se va la vida”.

Consejos de vida

A lo largo de estos cinco meses y medio, Ana ha aprendido a ser mamá primeriza y comparte sus mejores tips:

  • Pedir ayuda cuando se necesite, no tiene nada de malo en que alguien más te apoye. 
  • Confiar en la intuición y en lo que se quiere para el bebé.
  • No compararse con las otras mamás, cada quien pasa por un proceso distinto.
  • No es necesario saberlo todo, se aprende día con día.
  • Ser amable con tu cuerpo, ya que pasó por un cambio de 180 grados.
  • Respetar la individualidad, pues ahora una persona depende por completo de ti y, si no estás bien contigo misma, no puedes estar bien con los demás.
  • Darte un tiempo para tus actividades, ya que es necesario tener un rato para canalizar las emociones, resetear y volver a empezar.