En una reunión familiar, Ana María Salas fue consentida en su día por sus seres queridos.

Para festejar los 100 años de una vida plena de su madre, Ana María Salas, su hijo, Jorge Martínez, organizó una comida llena de anécdotas, muchos recuerdos y detalles, con la ayuda de sus cuatro hermanos, Anna Sylvia, Graciela, Eduardo y Luis.

La familia decidió celebrar a Ana María Salas un fin de semana previo a su cumpleaños en un restaurante de la zona de Polanco, en donde disfrutaron de un menú a base de crema de espárragos con tropezones de espárragos y filete de res a la mostaza, así como una variedad de postres.

Tania Garza y Arturo Méndez

“Fue una reunión 100 por ciento familiar, fuimos sus cinco hijos, 18 nietos y 27 bisnietos, más allegados, como novios y esposos”, contó Jorge, quien para la ocasión contrató un cuarteto para que amenizara la celebración.

“Yo estuve al frente, pero con la decisión de todos, porque algunos de mis hermanos viven en otros países y ciudades, así que fue lo más práctico. Lo comenzamos a planear en agosto del año pasado”.

A su llegada, los invitados fueron recibidos por cuatro de las bisnietas de Ana María Salas, Emilia y Alejandra Gibbon, e Isabella y Andrea Hinke, quienes les ofrecieron un coctel de bienvenida que consistió en margarita o Aperol, y les asignaron sus lugares.

Luis Martínez, Jorge Martínez y Eduardo Martínez con Anna Sylvia Martínez, su mamá, Ana María Salas, y su hermana, Graciela Martínez

Mi mamá estuvo muy contenta, sus facultades son de acuerdo a su edad, pero la vimos totalmente feliz, hasta bailó”.

Jorge y Adriana Martínez

Tras disfrutar del banquete, en acto simbólico, Ana María Salas apagó una velita mientras los invitados le cantaban “Las Mañanitas” al unísono y le expresaron su amor a la menor de 11 hermanos.

“Mi abuela siempre ha sido muy cariñosa y generosa conmigo. Es un privilegio tenerla aún con nosotros y siempre con su sentido del humor”, compartió Anna Sylvia Ortega.

“Yo soy maquillista profesional y ella fue la que marcó en las mujeres de la familia el ejemplo del cuidado personal, el arreglo y la vanidad; también fue un claro modelo de tenacidad, previsión y ahorro”.

Marcela Martínez, Isabela Hinke y Emilia Gibbon
Isabela Hinke, Luis Almeida, Andrés de la Rosa y Andrea Hinke
Santiago y Luis Martínez, Ana María Salas y Federico Martínez
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A lo largo de la fiesta, que se llevó a cabo de las 14:00 a 19:00 horas, no faltaron las risas y las remembranzas, como la vez que la Ana María Salas le hizo un corte de pelo a su hijo.

“Estudió Cultura de Belleza y hacía sus pininos; recuerdo una vez que le cortó el cabello a mi hermano, Lalo. Él tenía los pelos parados y como que no le quedaba, le cortaba más y no le gustaba, total que lo dejó pelón y él terminó llorando; tenía 5 o 6 años, fue una anécdota muy chistosa”, mencionó el anfitrión.

Como una mujer muy independiente y autosuficiente, a quien le encantaba viajar en compañía de su esposo (q.e.p.d.), Jorge Martínez Segueda, y quien le enseñó a los suyos a ser responsables y disfrutar la vida es como los presentes describieron a la festejada, quien en todo momento se mostró feliz.

“Mi abuela es un ejemplo de independencia, fortaleza y generosidad. Me ha enseñado a ser perseverante, ya que, aun cuando tuvo muchas dificultades en la vida, logró alcanzar y rebasar sus metas”, dijo Adriana Martínez, nieta de Ana María Salas.

Tania Garza, Ana María Salas, Karla Ortega y Marcela Martínez

+ Ana María Salas, siempre con actitud

Ana María Salas Araluce nació el 30 de enero de 1923 en la Ciudad de México.
+ En 1941 se casó con Jorge Martínez Segueda, quien falleció en 2006.
+ Debido a sus problemas con la vista, le gusta escuchar programas de música en la pantalla de su cuarto.
+ El tango es su género de música favorito.
+ Es admiradora de María Félix y Rock Hudson.
+ Le encanta la comida mexicana.