Ana María de la Torre y Max Couret celebraron con una cena su aniversario, junto a su hijo, Max, y, al terminar el banquete, la remembranza comenzó, pues vieron las fotos del día de la boda, lo que los hizo revivir ese momento tan especial.

Sus comienzos como pareja se remontan a casi 20 años atrás, cuando unos amigos en común del gimnasio los presentaron para que tuvieran una cita. 

Sin embargo, Ana María no le puso las cosas fáciles a Max, quien tuvo que esforzarse bastante para ganar su corazón. 

“Fueron dos años de cortejo, jamás me dio un beso, siempre fue súper propio. Me llegó en un restaurante de hamburguesas, así me pidió formalmente que fuera su novia y empezamos a andar. Duramos cinco años y, ahora, 17 de casados”.

Ana María de la Torre

Luego de recordar juntos todo el camino que han recorrido, Ana María está segura que tanto ella como Max han madurado mucho como personas, seres humanos y padres. 

“Yo creo que cuando me casé estaba muy chava, actualmente pienso en cosas y digo: ‘a la mejor esto no lo hubiera hecho’. Si me volviera a casar, porque quiero tener otra boda, tendría más cuidado en algunos detalles”. 

Las claves para que su matrimonio sea tan fructífero, confiesan, han sido tener respeto por el otro, la comunicación y darse tiempo, lo que es importante para estar en una relación consolidada. 

La pareja sabe que tiene los mejores ejemplos para segur toda la vida juntos, pues los papás de Ana María estuvieron 57 años casados, mientras que sus suegros llevan más de 50.

PARA SIEMPRE

Ana María y Max se casaron el 21 de febrero de 2005 en la Iglesia de Nuestra Señora del Socorro y, después, celebraron en la Casa del Corregidor.