Flickr/SpaceX

Al conquistar nuevas fronteras estelares, la realización de misiones espaciales a cargo de compañías privadas ha alimentado el anhelo de los jóvenes por desarrollarse profesionalmente en áreas vinculadas al cosmos, aseguran especialistas.

En el País, incluso ha aumentado el interés por estudiar Ingeniería Aeroespacial. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por ejemplo, estrenó este programa académico el año pasado.

Actualmente, la primera generación aprende cómo diseñar, desarrollar, construir y probar vehículos capaces de operar dentro y fuera de la atmósfera, explica Carlos Romo, coordinador académico de la carrera.

“Si tú le preguntas a un estudiante de Ingeniería Aeroespacial dónde quiere trabajar es en SpaceX, Blue Origin, la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) o la Agencia Espacial Federal Rusa (Roscosmos), porque son las que les generaron la motivación por esta área”, comenta.

Hace 10 años, en México se graduaban 214 personas de carreras vinculadas al sector, pero en la actualidad son más de mil anuales, según cifras de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES).

Quienes se dedican a este rubro pueden crear satélites, sistemas de propulsión, de telemetría o medición remota y de navegación, señala Emigdia Sumbarda, coordinadora de la Ingeniería Aeroespacial de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería y Tecnología (FCITEC) Unidad Valle de Las Palmas de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).

“Porque la carrera es joven, no existen muchos ingenieros aeroespaciales. Se requieren egresados capacitados (…) para los retos del futuro, como el desarrollo de materiales compuestos para aplicaciones aeroespaciales o para el lanzamiento de satélites”.

A partir de bases de Física, Matemáticas y Química se abordan asignaturas de cableado aeronáutico, mecánica de fluidos, radiocomunicaciones, sistemas embebidos, electrónica, dibujo mecánico y ciencia de datos, precisa Luis Rosales, director académico de la Ingeniería Aeroespacial de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).

A cambio del reto, las oportunidades laborales son inmejorables, coinciden los expertos. Según la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (FEMIA), el número de organizaciones de este rubro en el País se triplicó en los últimos 15 años.

“Muchos estudiantes nos buscan por el auge que ha tenido esta nueva área, en la que está invirtiendo mucha gente. Las oportunidades son bastante amplias”, afirma Rosales.

En los últimos tres años surgieron emprendimientos de graduados centrados en construir pequeños robots, manufacturar piezas, validar procedimientos y certificar productos de la industria.

Otras profesiones también tienen cabida, pues la exploración del espacio es interdisciplinaria. A decir del directivo de la UPAEP, son indispensables expertos en Administración y Administración de Proyectos (Project Management) porque dominan la planeación estratégica, al igual que los egresados de Finanzas por todos los activos financieros que se requieren para llevar a cabo una misión.

Mercadotecnia, Diseño Gráfico e incluso Cine contribuyen a difundir los proyectos, mientras que Medicina y otras ingenierías como Biónica, Electrónica y Mecatrónica aportan su conocimiento científico.

“El desarrollo de tecnología propia es una necesidad que identificamos en nuestro País”.

Carlos Romo Fuentes

Coordinador académico de la Ing. Aeroespacial de la Facultad de Ingeniería de la UNAM.

“Los alumnos están deseosos de aprender y de desarrollar tecnología espacial. Es lo que los engancha y los ilusiona”.

Emigdia Guadalupe Sumbarda Ramos

Coordinadora de la Ing. Aeroespacial de FCITEC Unidad Valle de Las Palmas de la UABC.

“Desarrollamos tecnologías que no nada más se aplican en el ámbito aeroespacial, sino que las podremos utilizar aquí”.

Luis Rosales Roldán

Director académico de la Ing. Aeroespacial de la UPAEP.

Despegan programas

NASA/Unsplash

Salir al espacio exterior implica crear equipos capaces de volar dentro de la atmósfera, un área en la que destacan los egresados de Ingeniería Aeronáutica, carrera que el Instituto Politécnico Nacional (IPN) comenzó a impartir en 1936.

Su demanda se disparó en los últimos 15 años tras el fortalecimiento de empresas de la industria aeroespacial en Querétaro, Baja California, Chihuahua y Sonora, de acuerdo con María de la Luz Aguilera, directora de la ESIME Ticomán, donde se ofrece este programa.

“Los chicos ya están viendo no el tener aviones para hacer turismo, sino el poder seguir más allá. No nada más en darle la vuelta a la Tierra y decir: ‘ahí está el vuelo’. Lo que más los motivó fue la llegada de los últimos robots a Marte”, comparte.

Los egresados pueden emplearse en talleres de mantenimiento y en áreas operativas de aeropuertos y aerolíneas. México, además, sólo está por detrás de Estados Unidos en número de aeronaves privadas, otro sector que urge especialistas, ahonda.

La Universidad Aeronáutica en Querétaro (UNAQ) cuenta con tres ingenierías y tres opciones de Técnico Superior Universitario (TSU), dado que se requiere este nivel en departamentos encargados del buen estado de los vehículos, que son fabricados con el propósito de funcionar por décadas, añade Jorge Gutiérrez de Velasco, Rector de la UNAQ.

“El software para diseñar una aeronave o para simular el comportamiento mecánico de un componente aeronáutico es exactamente el mismo que para un componente o sistema automotriz. Por eso, los graduados de programas aeronáuticos también tienen cabida en el sector automotriz”, agrega.

Así como la Ingeniería Aeronáutica no prepara estudiantes para que piloteen aviones o helicópteros, la Ingeniería Aeroespacial tampoco busca que sean astronautas.

Empero, les facilita crear vehículos e instrumentos no tripulados. Por ello, Sumbarda identifica un área de oportunidad en el diseño mecánico, es decir, en darle forma a las máquinas.

A la juventud cada vez le preocupa más disminuir su impacto ambiental, así que el IPN incentiva a sus estudiantes a crear motores eléctricos y a mejorar la eficiencia de combustibles no fósiles, mientras que la UABC integró la visión de economía circular en sus asignaturas.

“Los recubrimientos deben ser muy especiales para soportar altas temperaturas. Se maneja cromo o materiales muy tóxicos, entonces deben tener conciencia (…) de toda la huella ambiental que van a dejar no nada más en el espacio, sino también aquí”, indica Sumbarda.

La academia y la milicia son otros campos ávidos de estos ingenieros para que realicen investigación o diseñen centros de prueba y de certificación que cumplan con estándares internacionales, detalla Romo.

Por el lado gubernamental, los académicos prevén una mayor necesidad de expertos en la Agencia Espacial Mexicana (AEM) y en la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), donde también podrán participar estudiosos del Derecho Espacial y de Relaciones Internacionales.

“No lo veo como una escapatoria o que ya no tenemos nada que hacer aquí en la Tierra, que nos damos por vencidos y por eso vamos a salir a buscar (otros planetas). Tenemos muchas cosas que hacer aquí, pero también tenemos las capacidades para observar hacia otros planetas”, acentúa Romo.

“Todo el desarrollo tecnológico de punta va bajando a uno más accesible para toda la humanidad”.

María de la Luz Aguilera de Lucio

Directora de la ESIME Ticomán del IPN.

“La tecnología y la ciencia nos van a permitir seguir cohabitando este planeta”.

Jorge Gutiérrez de Velasco Rodríguez

Rector de la UNAQ.

Envía ‘latas’ a las nubes

UNAQ

En el bachillerato, Michelle Padilla Sánchez no sólo cultivó su pasión por las Matemáticas, sino por el aeromodelismo, que consiste en construir aeronaves a pequeña escala.

“Yo armaba los avioncitos y los pintaba. Fue un hobby que empecé con mis hermanos: uno armaba motos, otro carros y yo me dediqué a los aviones”, recuerda la alumna de la UNAQ.

Aunque su mamá esperaba que fuera bailarina de ballet, ella optó por estudiar Ingeniería en Electrónica y Control de Sistemas de Aeronaves. Ahora, la joven de 23 años es experta en desarrollar circuitos electrónicos y software para distintos tipos de vehículos.

Como líder del equipo Ka’An Sat, se encargó del correcto funcionamiento del aparato ganador del CanSat CUCEI 2020, concurso de la Universidad de Guadalajara (UdeG) en el que pequeños satélites del tamaño de una lata de refresco, conocidos como CanSat, simulan una misión espacial de telemetría o medición remota de datos ambientales.

“En su momento, (la aviación) fue algo de ‘esto es imposible’. Al espacio ahorita lo vemos un poco lejano, pero a lo mejor con el paso del tiempo se podrá ver como ahora vemos a los aviones”, comenta la originaria de Jalisco.

“Ver noticias relacionadas con el espacio y con los avances científicos motiva a las personas”.

Michelle Estefanía Padilla Sánchez

Estudiante de Ing. en Electrónica y Control de Sistemas de Aeronaves en la UNAQ.

Construye nanosatélite

UPAEP

Cuando era niña, los libros que más hojeaba Isabel Parga García eran los de Geografía, porque en ellos se concentraba la información sobre el universo.

A partir de entonces, supo que deseaba explorar el espacio, así que aprovechó la apertura de la Ingeniería Aeroespacial en la UPAEP para matricularse y concretar su anhelo.

Con su formación contribuyó al lanzamiento del AzTechSat-1, primer nanosatélite construido por estudiantes mexicanos que se envió a la Estación Espacial Internacional en diciembre de 2019.

“Un nanosatélite es uno de los satélites más pequeños que existen. Del AzTechSat-1, su misión era comunicarse con otra red de satélites que ya estaban en el espacio y devolver la señal de que seguía vivo”, explica Parga García.

“Trabajé en el equipo de electrónica, en el subsistema que se encarga de suministrar energía a los demás subsistemas del satélite, entonces es uno de los más importantes”, precisa la alumna de 22 años.

A corto plazo, la alumna planea realizar sus prácticas profesionales en una empresa nacional de cohetería, con el fin de adquirir mayor experiencia en un rubro del que siempre hay algo nuevo que aprender, según la oriunda de Tabasco.

“Como mujeres, aportamos lo mismo (a la industria) que nuestros compañeros ingenieros”.

Isabel Alejandra Parga García

Estudiante Ing. Aeroespacial en la UPAEP.

Bien remuneradas

Se tiene previsto que el sueldo promedio de estas ingenierías incremente. Según el Economic Research Institute (ERI), actualmente es de:

pesos es el salario anual de Ing. Aeroespacial
0
pesos es el salario anual de Ing. Aeronáutica
0

¿Dónde estudiar?

La oferta académica es amplia en todo el País.

IPN
+ Ingeniería Aeronáutica
i. bit.ly/2VIknbz

UABC
+ Ingeniería Aeroespacial
i. bit.ly/3jTgsRy

UACH
+ Ingeniería Aeroespacial
i. bit.ly/3iDTu1o

UACJ
+ Ingeniería en Aeronáutica
i. bit.ly/3m0hluu

UANL
+ Ingeniería en Aeronáutica
i. bit.ly/3yM9dkS

UNAM
+ Ingeniería Aeroespacial
i. bit.ly/3yJ9tB2

UNAQ
+ Ingeniería en Aeronáutica en Manufactura
i. bit.ly/3fZt6xk

UPAEP
+ Ingeniería Aeroespacial
i. bit.ly/3CBEzwG