La escuela ya no es el lugar donde los niños se sentaban a escuchar y memorizar lo que una maestra les enseñaba.

La educación ya no se enfoca en la enseñanza sino en el aprendizaje y en los métodos que buscan que los alumnos desarrollen sus talentos.

Cuando se empezó a estudiar la inteligencia, se hablaba de un cociente intelectual que cada persona tenía, lo que daba lugaraciertodeterminismo, yaque de su inteligencia general, medida por pruebas y simbolizada con un número, se podían esperar o no ciertos aprendizajes y logros.

En 1983, el psicólogo Howard Gardner teorizó la existencia de múltiples inteligencias humanas.

La educación se revolucionó, ya que desde este nuevo enfoque, debe colaborar a que se conozcan y se desarrollen los talentos de cada alumno y lo aproveche de la mejor forma posible.

Ahora, Gardner y su equipo de investigadores de la Universidad de Harvard distinguen 12 inteligencias.

Tiene inteligencia verbal, el niño o niña que haga uso del lenguaje con más palabras y de una forma efectiva.

Se ha encontrado mayor facilidad verbal en las mujeres, sin embargo, en la historia de la literatura, son más varones los que han destacado, precisamente por el desconocimiento del talento natural de las mujeres y las escasas oportunidades que se les daba para su desarrollo.

En contraste con la anterior, se concede mayor inteligencia matemática a los hombres. Por supuesto, es fácil detectar este talento en quien saca 10 en la materia y hace operaciones fácilmente de memoria.

Esta capacidad no sólo facilita las relaciones numéricas, implica a su vez una habilidad para entender lo abstracto. Es la inteligencia de los genios de la física.

La inteligencia visual-espacial se observa en la habilidad del manejo de objetos en el espacio. Un niño futbolista sería una exponente de este talento. La inteligencia musical es fácil de detectar. Se manifiesta un gusto y habilidad de entonar, cantar, tocar instrumentos o componer música.

Igualmente sencillo reconocer a aquella pequeña que es coordinada en sus movimientos en la clase de gimnasia o la que imita un baile con facilidad. Las vemos hoy en las redes sociales, imitadoras de Beyonce o J.Lo, con tan sólo 2 o 3 años, son exponentes de la inteligencia corporal.

Menos visible es la inteligencia interpersonal, quizá porque la sociedad no le concede importancia a la empatía y al talento de crear buenas relaciones con los demás, pero es una asignatura pendiente y determinante para el tejido social, desgarrado por el casi nulo desarrollo de esta aptitud.

Todavía más raro es el desarrollo de la inteligencia intrapersonal, la habilidad para el autoconocimiento que llevaría al alumnado a aprender a ser reflexivo y conocedor de la propia naturaleza humana, también palanca para otra de las inteligencias: la emocional, una suma de las competencias: interpersonal e intrapersonal.

En un país donde se sufre tantas violencias, estos talentos serían una vía para la construcción de la paz.

Más desarrollada en las generaciones del siglo 21 es la inteligencia naturalista: la sensibilidad para entender y relacionarse con la naturaleza. La atención escolar a la ecología ayuda a desarrollarla y ponerla al servicio del País y el planeta.

La negligencia, ignorancia o indiferencia de ciertas inteligencias revelan la escasa calidad y pobreza educativa. Es el caso de la inteligencia existencial que habilita el sentido de la vida y la muerte. Independiente de una filiación religiosa, este talento propicia la riqueza espiritual de una vida.

Y qué podemos decir de la inteligencia creativa en un contexto cultural rígido en el que se premia la obediencia. La brecha entre descubrimientos científicos en México comparado con otros países es abismal por la falta de detección y desarrollo de este talento para innovar y crear nuevas formas de ver realidades y solucionar problemas.

La última e importante inteligencia hoy en día es la colaborativa, esa capacidad especial para trabajar en equipo.

Todas las niñas y los niños poseen en potencia estas inteligencias, pero hay alguna o varias para las que fueron mejor dotados. La finalidad de la escuela sería ayudar a reconocerlas y desarrollarlas.

De eso se trata la educación.

 

La autora es terapeuta y columnista de EL NORTE