Aficionado a la cetrería desde que tenía 13 años, recuerda el primer acercamiento en el que se dio un nexo instantáneo entre él y los halcones, animales en los que Arturo Islas Allende no sólo ve majestuosidad, sino el germen de todo lo posterior y en lo que derivó su compromiso con el mundo y la sociedad. 

“Me volví un admirador de Félix Rodríguez de la Fuente, un naturalista que además era cazador, pero él logró que a través de la cacería, que ya no se podía frenar, se empezaran a generar reservas y derrama económica para cuidar a la naturaleza”, recordó el conductor.

“Él decía que la alianza más grande de la naturaleza era el hombre y el halcón; para mí, es impresionante tener a un halcón peregrino, un puntito en el cielo, y que ese animal baje a 350 kilómetros por hora en una picada en vertical, de ahí surge mi pasión”. 

“Hubiera preferido nacer águila, me hubiera encantado estar en el cielo, volando, me siento muy animal en esa parte”.

A lo largo de los años y de su experiencia, la naturaleza y los animales le han brindado enseñanzas únicas que le han permitido identificarse plenamente con la vida salvaje y adquirir facciones de ésta.

Sin embargo, al mismo tiempo, ese acercamiento con el mundo animal también lo ha puesto en conflicto en el aspecto mediático de su trabajo, ya que en su momento decidió estudiar actuación para llevar su mensaje de manera más eficiente, como lo han hecho los grandes presentadores y documentales de televisión.

“A veces, no funciono mucho en sociedad, creo que por eso han sido algunos de los errores que he dado”, confesó el actor. 

“Me conecto más con la naturaleza y los animales. Me invitan a infinidades de premieres de cine y películas y me cuesta mucho trabajo ir, luego no me siento muy cómodo con eso”. 

A pesar de los claroscuros que trae consigo su profesión, el conferencista tiene claro que las herramientas como lo son los medios de comunicación y las plataformas digitales ayudan a poder llevar su mensaje de concientización ambiental a mucha más gente, con todo lo que implique tal exposición. 

“Me deja la posibilidad de tener el acceso a que las autoridades actúen de manera más rápida y veraz, por la presión mediática que se ejerce a través de los videos hoy en día; también, me permite darle voz a otros profesionales y personas involucradas en la ciencia y, obviamente, a mis proyectos, que son documentar la fauna silvestre”, explicó. 

Arturo lega el amor por la naturaleza y los animales a su hijo, Luciano.

Asimismo, el activista, quien frecuentemente recibe amenazas vía redes sociales o críticas a su labor, considera que algo clave para fundamentar las opiniones respecto al ejercicio social, ambiental y animal es informarse y no dejarse llevar por contenidos de poco sustento, como los que abundan en Internet. 

“Decidí unirme a un live en donde biólogos tenían opiniones encontradas respecto a mi trabajo y me di cuenta que algo falta en el País, que es que las personas se interesen realmente por conocer la labor de la gente sin solamente atacar por contextos diferentes”, mencionó el también productor. 

“Siento que es mucho mejor dejar un legado que pueda servir para las nuevas generaciones que el dinero, por eso es que me arriesgo un poco a meterme en estos temas tan delicados”. 

Finalmente, Arturo reflexionó sobre el instante de autoconocimiento que vive y que le ha dejado darse cuenta que está algo cansado del ritmo de vida que tiene actualmente, en el sentido de seguridad y paz mental. 

Por lo cual, espera dar pronto el salto internacional en los documentales y plasmar el entorno del bosque de los gorilas de montaña, en África, para ofrecer un contenido dirigido al público latino con la ilusión de sumar esfuerzos y hacer eco en el activismo en México.

“El planeta va a seguir con o sin nosotros; la realidad es que  los servicios que hago con mis videos de conciencia son para la humanidad y la sociedad; si queremos seguir aquí, tenemos que ponernos las pilas”.