Aparte de empoderar a las niñas, sus familias y comunidades, la educación podría ayudar a evitar la generación de emisiones al alentar el crecimiento poblacional. Las mujeres con mayor formación tienen menos hijos y administran activamente su salud reproductiva.
Project Drawdown reconoce que abordar la huella de carbono de la población es controversial a pesar del reconocimiento de que grandes números ejercen más presión sobre el planeta.
Su propuesta no es que los gobiernos fuercen reducciones en las tasas de natalidad, ni que los países ricos ordenen a los pobres no tener hijos, sino centrarse en la educación y en mejorar la salud reproductiva.
“Cuando la planificación familiar se centra en la provisión del cuidado de la salud y en cumplir las necesidades expresadas por las mujeres, el empoderamiento, la equidad y el bienestar son el resultado. Los beneficios para el planeta son efectos secundarios”, señala.
Esta solución podría reducir o secuestrar 85.4 gigatoneladas de CO2e para 2050.