“Antonio, mi nieto, cumplió 8 años y es súper fan de Zverev y fue como un regalo y, mi papá, quien también se llama Antonio, tiene 98 años, los acaba de cumplir, así que fue una experiencia maravillosa porque pude ir con las personas que más quiero”, detalló Lola Obregón, quien nunca se ha perdido ninguna edición del AMT.
“Extrañamos muchísimo el contacto humano, el que los niños pudieran ir a saludar a los tenistas, a pedir autógrafos y el kid’s day”.