Los girasoles son conocidos por sus pétalos amarillos, pero poseen otros colores que evaden al ojo humano, apunta una investigación de la Universidad de la Columbia Británica, ubicada en Canadá, que detalla su utilidad.
Se atribuye el origen del girasol al norte de México. Desde ahí, se cree que fue transportado a Europa por los españoles. Ahora no sólo es una planta de ornato por su belleza, sino que de ella se extrae aceite para consumo humano.
Aunque suele llamarse “pétalos” a su parte amarilla, en realidad es una inflorescencia o colección de 500 a mil 500 flores. Las personas no pueden verlos, pero posee colores ultravioletas que sí perciben la mayoría de insectos, entre ellos los polinizadores. Un ejemplo son las abejas.