El también llamado Turismo Estelar agrupa actividades que los interesados desarrollan para acercarse al cielo, ya sea con fines recreativos o educativos. Incluye, por ejemplo, hacer recorridos a diversos destinos con el objetivo de admirar constelaciones, estrellas fugaces y planetas a través de un telescopio o sin el apoyo de ningún instrumento. O bien, alojarse en hoteles que tengan programas de conservación sideral o visitar museos y observatorios astronómicos.

Otro reconocimiento a los cielos más nítidos es el otorgado por la Asociación Internacional de Cielo Oscuro (IDA, por sus siglas en inglés). Su programa comenzó en 2001 con la designación de Flagstaff, Arizona, como el primer Sitio Internacional de Cielos Oscuros del mundo y la primera Comunidad Internacional de Cielos Oscuros. Para obtener uno de estos reconocimientos, el destino interesado debe comprobar la calidad del firmamento y promover la oscuridad nocturna natural.

Alrededor del mundo hay varios sitios imperdibles para los astroturistas. Por ejemplo, Jasper, en Canadá, o Hawaii y Arizona, en Estados Unidos. En este último destino, aseguran quienes lo han vivido, basta con levantar la mirada para asombrarse con el firmamento, de ahí que sea considerada la capital del
astroturismo en el vecino país del norte. Amantes de la foto: conseguir una imagen desde el Gran Cañón o Monument Valley, vale cada una de las mil estrellas.

Cortesía ALMA Observatory

Chile, en el Hemisferio Sur, presume los cielos más limpios para la observación sideral. Especialmente en el norte del país, se dice que hay 300 días de cielo despejado y poca contaminación lumínica. Existen recorridos y alojamientos especializados para los amantes del universo. Situado a 50 kilómetros de San Pedro de Atacama destaca el Observatorio ALMA. Los expertos coinciden en que esta zona de Chile es lo más parecido a encontrarse en otro planeta y es tal la atracción que el destino ejerce sobre los astroturistas que hay algunos hoteles en San Pedro que ofrecen telescopios y la guía de expertos que saben dónde se localizan los mejores puntos para mirar hacia las alturas.

En México, el cielo despejado que por las noches cubre la zona arqueológica de La Quemada, en Zacatecas, suele regalar espectaculares panorámicas. Incluso, hasta antes de la pandemia, agencias especializadas proponían actividades muy específicas como la llamada Observación Sideral. En cuanto sea posible, no hay que dudar en retomar este tipo de viajes ya que se puede avistar el cosmos a través de telescopios y bajo la asesoría de astrónomos. Hay que estar atentos a los cambios del semáforo epidemiológico y consultar páginas oficiales como la de Turismo de Zacatecas.

La Quemada / Cortesía Secretaría de Turismo de Zacatecas

Además, las estrellas también están al alcance de los viajeros en nuestro País en sitios como: el Parque Nacional Izta-Popo Zoquiapan, entre Puebla y el Edoméx; en la Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar, en Sonora; y en Hierve el Agua, Oaxaca.

Reserva de la Biosfera El Pinacate / Cortesía Peter L. Kresan

Por último, la comarca de Los Pedroches, ubicada en el provincia andaluza de Córdoba, también puede presumir de haber obtenido –hace algunos años– el certificado de “Reserva Starlight”. Es decir, tanto la UNESCO como la OMT reconocen que su firmamento es uno de los mejores, en Europa, para ir a enamorarse de las estrellas.

INFORMACIÓN: REFORMA / STAFF
EDICIÓN: FIDEL ORANTES
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