05 Camila

CAMILA
Ninguna otra niña debería de pasar por esto; abrazo a mi yo de 10 años.
Un abusador no puede estar a cargo de un gimnasio, y menos rodeado de niños. Mucho menos que la dueña del Gimnasio Klass, Martha Adriana Hinojosa García, mamá de mi abusador Damazo Rodríguez Hinojosa, sea parte de la Asociación Gimnástica del Estado de NL”.
04 Regina

REGINA
Cuando yo tenía 8 años, hacíamos un ejercicio de saltar de una barra a otra, él, al cuidarnos, nos ponía la mano en la entre pierna y en los pechos. A mí y a mis compañeras no se nos hacía normal, pero lo dejamos pasar.
A partir de ese momento yo empecé a cambiar mucho, empecé a ser más seria, y por ese tipo de cosas que sucedían nunca fui tan apegada a mi coach, pues siempre viví con el miedo de que me pudiera hacer algo más, un daño más fuerte para ser más clara.
Después, cuando yo tenía 13 años, recuerdo que estaba lastimada y ese día terminé antes el entrenamiento, mi mamá se tardó en llegar por mí; me dijo que me sentara a lado de él, me senté y él comenzó a acariciarme los glúteos, yo me quedé paralizada porque no supe qué hacer, también recuerdo que nos hacía estiramientos en donde hacía tocamientos innecesarios”.
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03 Nat

NAT
“Desde pequeña él me decía que yo era su favorita, y en mi inocencia yo me sentía la más chingona por ser la favorita del coach.
A los 9 años viví mi primera situación de abuso hacia mi persona por parte de esta persona; lo más fuerte que viví fue en diciembre hace 3 años.
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Estábamos en una junta, y yo hice el comentario de que me dolía la espalda, y él me llevó a un sillón que tenía en un cuarto de arriba en su casa, y ahí me quedé sola. Después de un rato me quedé dormida, y me levanté porque sentí una mano helada en el pecho; me desperté medio atontada sin saber si lo que había sentido había sido un sueño o había pasado en realidad.
Al abrir los ojos estaba el cuarto totalmente oscuro, y sale él del baño que estaba en el fondo de ese cuarto, me quedé en shock; después me da las manos y me acuesta en una cama que estaba enfrente y me comienza a bajar la ropa y me dio besos, no podía moverme, estaba totalmente paralizada, lo único que hice fue marcarle a mi hermana, no me contestó y pensé que estaba por pasarme lo peor hasta que me devuelve la llamada y me paro y me salgo corriendo del cuarto.
Ese día jamás lo olvidaré, y más porque cuando pedí ayuda su mamá Marth Adriana, lo justifico diciéndome que lo hacía porque me amaba y estaba enamorado de mí, no porque quisiera hacerme daño.
Como dije anteriormente, jamás olvidaré ese día, pero tampoco éste, el día que decidí hablar. Agradezco a todas las personas que me enviaron la publicación, ya que leerla tantas veces me dio la valentía que necesitaba”.
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02 Valeria

VALERIA
“No sé cómo empezar esto. Desde chiquita me encantaba la gimnasia, hasta que se volvió una obligación. Todo empezó con exigencia y abuso psicológico por parte de mi maestro, desde decirme que no servía para nada, hasta decirme que le generaría cáncer y hacerme sentir culpable por eso.
Todo comenzó cuando entrenaba doble sesión y él aprovechaba que no había padres de familia en el entrenamiento matutino para abusar y tocarme en cada ejercicio que me cuidaba. Inocentemente quería pensar que era sin querer, pero era tan frecuente que se volvió una tortura ir a entrenar, por el miedo de que lo volviera hacer.
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En diferentes ocasiones él me quería dar masajes de “descarga” y aprovechaba para tocarme sin mi consentimiento. Es inexplicable el miedo que sentía; siento mucho coraje por nunca haber hecho nada al respecto, en esos momentos sólo estaba en shock, sólo tenía 11 años.
Yo seguí siempre por mis amigas y porque consideraba ese gimnasio como mi segunda casa, crecí ahí y toda mi vida giraba en torno a la gimnasia. Llegó un punto donde mis acciones hablaban por sí solas y se notaba el odio o rencor que le tenía; frecuentemente él me preguntaba “qué te hice para que me odiaras”.
Yo ya no me sentía en paz ahí. Por eso y más cosas personales que tenía, decidí salirme y terminar con todo eso. Nunca tuve la fuerza para hablar de esto, pero gracias a que compañeras alzaran la voz, estoy aquí contando esto”.
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