Empezada en 2017 y concluida antes de la pandemia, por su arquitectura e interiorismo, Casa Rancho Avándaro ganó tres
premios internacionales en Estados Unidos y Francia, así como dos nacionales, en los años 2020 y 2021.
“Ha sido uno de los logros más importantes en mi carrera porque, además de que es un proyecto que hicimos para nosotros, intervinieron todos mis hijos, Patricio como arquitecto, y Andrés y Mariano como usuarios”, dijo la diseñadora gráfica.
“La intención principal fue que diera la sensación de una hacienda, masería italiana o villa de la Toscana, pero con un mobiliario muy contemporáneo, que tuviera ese contraste con un resultado de residencia campirana elegante, no la típica”.
Mediante tres techos en forma de “A” con más de 6 metros de altura y ventanales contrapuestos, así como piedra amarilla
de la región y madera de pino, la dupla de creativos retomó la principal característica del lugar, su inmersión con la naturaleza.
“Comenzó con la idea de que tuviera un patio para convivir, privado y tranquilo; el corazón es la cocina, pues nos encanta
cocinar, el lugar donde empieza y acaba el día, incluso a veces ahí trabajamos”, explicó el socio de Natalia Zenteno.
Si bien juntos hacen viajes al extranjero, entre éstos a la Feria del Mueble de Milán, para nutrir su creatividad, Renatta aclara que ésta es herencia genuina de su abuela paterna, la artista Charlotte Yazbek.
“Todos los miércoles iba a pintar a su casa, llegaba y había un caballete con hojas blancas esperándome, subía a una modelo, la desnudaba y me enseñaba a dibujar”, compartió la socia de la arquitecta y diseñadora Lina Siman.
“Con 13 años de edad, era impresionante tener a una mujer desnuda frente a mí, observándola para retratarla. Con ella todo era sobre música, arte, escultura y pintura, gracias a mi abuela tenemos esa parte visual y estética”.