La lúgubre y macabra historia empezó a escribirse en 2012, cuando la artista Jill Magid le escribió una carta a Federica Zanco, dueña de los derechos del archivo documental del reconocido arquitecto, único mexicano en ganar el Premio Pritzker (considerado el Nobel de la Arquitectura), para pedirle ingresar al espacio donde se alberga el archivo documental de Barragán en Suiza para hacer una exposición con los documentos en Nueva York, pero no obtuvo respuesta.

En 2014, la artista, originaria de Connecticut, expuso en el Museo de Arte de Zapopan, “Mujer con Sombrero”, exhibición en la que aborda la controversia en torno a la compra del archivo documental de Barragán (foto), que incluía fotografías, diseños, planos, documentos y libros, que realizaron Rolf Fehlbaum, presidente de Vitra (compañía mueblera internacional) y su mujer, Federica Zanco.  

Aunque la familia Barragán trató de hacer que el archivo se quedara en México, nunca se concretó un acuerdo con las autoridades culturales del país y en la década de los 80, el archivo se vendió a los extranjeros: salió de México y fue trasladado a Suiza, en un espacio prácticamente inaccesible e inalcanzable.

En su visita a Guadalajara, en 2014, Magid aprovechó para ponerse en contacto con la entonces Secretaria de Cultura de Jalisco, Myriam Vachez, para plantearle su intención de exhumar parte de las cenizas de Barragán, que reposaban en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres desde 2002, para convertirlo en un diamante, que después sería colocado en un “anillo de compromiso”, que Magid le entregaría a Federica Zanco a cambio de regresar el archivo documental del arquitecto a México. 

Fue hasta 2016 que la artista tuvo anuencia de las autoridades locales. Convenció a los herederos de Luis Barragán, mientras que la Secretaría de Cultura de Jalisco y el Congreso del Estado, también aprobaron que se retirarán 525 gramos de los restos de Barragán de la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres. En su lugar, como “ofrenda simbólica”, Magid colocó en la urna un caballo de plata de 525 gramos, equivalente a las cenizas retiradas.

Magid (en la foto) presentó sus hallazgos, incluido el anillo de compromiso, en una exposición en septiembre de 2016, en el San Francisco Art Institute, que le patrocinó todo el proyecto. Luego lo presentó en Nueva York y un año después en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) en la Ciudad de México. Aunque en Jalisco se habló de investigaciones, auditorías y deslinde de responsabilidades, no ocurrió nada y el anillo no se quedó en México, ni el archivo documental de Barragán -quien le dio una cara moderna a la arquitectura jalisciense y mexicana- regresó a México.  

Información: Rebeca Pérez Vega.

Fotos: Tomadas de video realizado por Jill Magid para “La Propuesta”; del sitio oficial Del San Francisco Art Institute y del Museo Universitario de Arte Contemporáneo de la Ciudad de México.