“Que ya estén bautizados es una gran bendición para mi esposo y para mí. Habíamos postergado el sacramento por la situación de la pandemia, pero ya los niños tienen 1 año y 8 meses y consideramos que era momento de que recibieran el bautismo”, comentó Priscilla.
“Para nosotros, esto es una gran alegría, pues es muy importante que ellos formen parte de la Iglesia y reciban la gracia de Dios”.