Debido a que se encuentra cerca de su hogar, Natalia Rocha y Gerard Hauranieh caminaron unas cuadras hacia la Iglesia San José del Buen Consejo para bautizar a su hijo, Tarek, quien les sonreía y mandaba saludos a todos los automovilistas en el camino.

Durante la misa, el pequeño estuvo atento a cada detalle y, cuando le pusieron agua bendita, se mostró feliz, por lo que metió su mano a la pila bautismal y empezó a jugar.
“Nació en plena pandemia, por lo que trajo alegría y esperanza a toda mi familia, además de que tiene un carácter súper bonito, se la pasa riendo, es muy observador y juguetón”, comentó la orgullosa mamá, de 32 años de edad.
“También es tierno, le gusta abrazar, acariciar, todo el día me da besitos; le encantan los árboles y el agua. Definitivamente, me saqué la lotería con él, se porta divino”.

Para ese día especial, la feliz mamá mandó a confeccionar un ropón, para que el pequeño lo luciera en la ceremonia.
“La parte de abajo, con la que estuvo en la fiesta, es un short con tirantes y camisa. Arriba, usó el faldón extra largo y un cuello con detalles bordados en cristal azul y perlas. Todo el atuendo lleva encaje, el gorrito también tiene adornos cosidos, al igual que los zapatos”, compartió la también diseñadora textil, quien cuidó cada detalle del festejo.

La pareja eligió a Liza Ortega, prima de Gerard, y José Humberto Rocha, hermano de Natalia, para apadrinar al niño y acompañarlo a lo largo de toda su existencia.
“Pensamos en ellos porque los dos viven de acuerdo a los principios que queremos inculcarle a nuestro bebé y sabemos que, en caso de que no estuviéramos, ellos verían por él”, externó Rocha.
“Liza es madrina de nuestra boda junto a Rafa, su esposo, son un ejemplo de familia en todos los sentidos y nos encanta el amor que desbordan; mientras que, Pepe es un hombre trabajador, luchador y recto, se toma estos títulos muy en serio y sé que va a conducir a mi hijo en su vida cristiana”

Para el recuerdo
+ Luego de la misa, los invitados se trasladaron a la casa del bautizado, donde comieron sushi y brochetas; además, disfrutaron de una mesa de postres dulces y salados.
+ Los padrinos le regalaron una cruz y una esclava al festejado. De bolo, entregaron una Virgen de Guadalupe enmarcada.

“Los bebés son puros y bendecidos. Hoy, no sólo es presentado
ante la Iglesia, también es reconocido como hijo de Dios”. NATALIA ROCHA, mamá del bebé