Luego de ser nombrada la mujer más bella del mundo en mayo pasado, la ingeniera en software confesó que su retorno a México, ya con corona y banda, fue el evento más agotador de su trayectoria.
“Jamás me había cansado tanto, el trabajo no paraba y en una semana dormí tres horas”, mencionó Andrea, “pero recordé por qué estaba ahí y a toda la gente que confió y me apoyó, esa fue una probadita de lo que me esperaba”.
Ya sea de gira en su País, Estados Unidos, Sudáfrica o Israel, por mencionar algunas naciones, su actitud siempre fue la misma: manifestarse como una mujer auténtica, orgullosa de sus raíces y a favor de las causas sociales.
“Me gusta pensar que dejé mi huella, pues desde el principio me prometí ser yo misma y que lo iba a disfrutar, me mostré tal cual soy, lo cual causó controversia, pues a muchos les gustó y a otros no”, comentó la joven de 27 años.