Todo mundo quería venir a Acapulco, y Acapulco acabó en el desorden, en el desastre, en la delincuencia, y hoy un huracán, pues le acabó de dar en la torre. Pero en Acapulco ya el cobro de piso era cosa de todos los días, y hoy la delincuencia se está haciendo cargo de la reconstrucción, ¿eh?, ¡aguas!".