Blindaje web
La educación universitaria actual demanda que los estudiantes pasen una cantidad de tiempo considerable en internet, ya sea para investigar sobre un tema, realizar un ensayo, consultar recursos multimedia o simplemente intercambiar correos con docentes, pares o autoridades académicas.
Esto puede aumentar las probabilidades de que abran algún enlace o descarguen recursos maliciosos, así como de caer en algún fraude cibernético. A continuación te dejamos algunos consejos para evitar estas situaciones.
Emplea un correo seguro
Idealmente, la interacción entre docentes, compañeros, autoridades y servicios administrativos debe mantenerse a través de los correos institucionales proporcionados por el centro educativo donde se estudia.
Esto ayudará a mantener información relevante a salvo, disminuir posibles malentendidos y darle un sentido más formal a las peticiones o respuestas.
También permitirá conocer parte de la identidad web de la casa de estudios, lo que puede facilitar la identificación de correos fraudulentos en un futuro.
Revisa la autenticidad
De forma similar al punto anterior, si se va interactuar con representantes, voceros o personal de la universidad mediante redes sociales, es crucial verificar que se trate de las correctas.
Hoy en día, es común hallar cuentas con nombres similares o con las siglas oficiales de la institución, pero difícilmente todas éstas serán las oficiales. Proporcionar información delicada puede ocasionar desde pérdidas de convocatorias hasta fraudes económicos.
Algunas formas de corroborar la validez de una red social es a través de los enlaces hallados en el sitio web oficial de la institución, el número de seguidores que tiene, el tipo de contenido publicado y la periodicidad del mismos.
Cuida la información dada
Si bien es posible borrar información, fotografías y otros recursos en internet, difícilmente se podrá eliminar por completo.
Por ello, es necesario que las personas tengan presente qué tipo de datos se pueden proporcionar mediante un formulario, un correo electrónico o un chat de asistencia.
Si desconoces lo anterior, lo más recomendable es revisarlo directamente en el sitio oficial de la universidad o llamar por teléfono a algún representante de la misma.
Otra forma de mantener tu información a salvo es mediante el uso de contraseñas difíciles de descifrar.
Esto es, que tengan mayúsculas, números y signos. Cambiar este código de forma periódica, como cada tres meses, es otro tip a seguir.
Apuesta por software especializado
Así como los antivirus pueden ayudar a limpiar una computadora, también sirven para advertir sobre un enlace, un sitio o un documento que puede ser potencialmente peligroso.
No obstante, es importante hacerse el hábito de no dar clic a enlaces o recursos dentro de correos cuyo dominio sea desconocido.
De forma similar, se debe tener cuidado al responder ciertos correos electrónicos o rellenar formularios. Aquellos que soliciten información delicada, que empleen frases genéricas y no personalizadas o que pidan ingresar datos dentro de un cierto límite pueden poner en riesgo los datos.
Algunas universidades cuentan con programas gratuitos o convenios que otorgan descuentos a su comunidad universitaria al momento de adquirir uno. Consulta con el departamento correspondiente si gozas de dichos beneficios.
Las redes de internet público son potencialmente peligrosas, ya que no son reguladas y, por tanto, no son de fiar.
Se sugiere el uso de éstas sólo si cuentas con software de protección habilitado, inclusive si se trata de la red universitaria.
Fuentes
+ Times Higher Education
+ Universities and Colleges Admissions Service
Créditos: Abel Vázquez
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