El Bosque de Micael ofrece una atmósfera participativa de juego libre en constante movimiento. Esta dinámica reduce la competencia y aumenta la autoestima. La escuela cuenta con una granja y un huerto para que los niños aprendan sobre los tiempos y ciclos de la naturaleza de la mejor forma: siendo parte de ella.
La naturaleza desarrolla el sistema sensorial, mejora la observación y capacidad de concentración, y ayuda a los docentes a orientar el aprendizaje de cada niño. Al estar en constante contacto con la naturaleza se crea un profundo vínculo con ella, lo que lleva a desarrollar una relación solidaria y un comportamiento respetuoso con el medio ambiente, de cuidado y conservación.
El Bosque de Micael es una opción sostenible que brinda beneficios cognitivos, sociales y ambientales, y mejora el desarrollo de los niños, así como su formación a corto, mediano y largo plazo.