En mayo de 2019, la wedding planner Alma Beck recibió la solicitud de un novio para que lo ayudara a planear la entrega del anillo, en un hotel boutique ubicado en la Isla Tzibanzá, Querétaro.
Ese día, su novio, Diego Van Wielink, se ofreció a acompañarla y, media hora antes de que llegara la pareja, el videógrafo le pidió que simularan el recorrido que harían sus clientes para medir tiempos.
“Diego camina conmigo y empieza a leer los carteles dándoles un significado hacia nuestra
relación y, cuando llegamos al último letrero, en vez de decir el nombre de los novios, sólo recuerdo que decía: ‘Alma, esta sorpresa es para ti”, y empecé a llorar’, comentó la mercadóloga.
“Me volteo y él ya tenía el anillo en la mano y me dijo: ‘No te voy a bajar la luna ni las estrellas,
vamos a caminar juntos de la mano hacia ellas, pero, para eso necesito hacerte una pregunta:
¿Te quieres casar conmigo?’”.
Aunque el enlace religioso estaba planeado para celebrarse en 2020, luego de dos años de espera, los enamorados se casaron en la Hacienda El Pedregal, donde compartieron con 300 invitados su felicidad.
“Me encanta de Alma el empeño de siempre superarse. Constantemente trabaja en ser mejor
persona, hija, amiga, nuera y, sobre todo, ahora, esposa”, compartió el novio, quien estudió
Administración de Empresas en la Anáhuac.
A través de su firma, Alma Beck Wedding Architect, la novia se encargó de cada detalle de su celebración y de las numerosas sorpresas que preparó para los asistentes, quienes a su llegada fueron sorprendidos con la primicia del video de compromiso y con algunos efectos especiales en la entrada.
Los recién casados disfrutaron de su luna de miel con unos días en Valle de Guadalupe, tomaron el Tren del Chepe y se asolearon en La Paz, Baja California Sur.